viernes, 31 de julio de 2009

Book II, Capítulo III, Hellen



Un hermano puede no ser un amigo,

Pero un amigo será siempre un hermano.”

Demetrio de Falero


Capítulo III

Hellen



El camino empedrado se ensanchaba cada vez más conforme avanzaban, Isis se alegró que también aumentara su visibilidad, supuso que empezaba a acostumbrarse a esa densa oscuridad propia del mundo nocturno. Un suave rumor a música les llegó, ese rumor le recordó a cuando escuchó a Zane cantar en el camino a su casa. Era una melodía sumamente triste, que hizo que la melancolía inundara el ambiente, aun estaba demasiado lejos para comprender las palabras en lengua, que apenas distinguió, era la élfica.

Poco más de cuatro metros los separaba de lo que parecía ser un pequeño parque con algunas bancas hechas de la madera negra de aquellos árboles secos que habían visto en el desierto. En el centro del parque había una gran fuente de mármol blanco en la que se elevaba la estatua de un ángel, también de mármol que resplandecía. Isis contempló al ángel que le resultaba vagamente familiar, aunque no recordaba donde había visto esa imagen tan finamente elaborada. Ese ángel tenia estéticamente definidos los hermosos rizos que formaban su cabello, los rasgos de su rostro eran afilados y masculinos, tenían una expresión que recordaba a la de un juez justo, al igual que cruel. Sus alas estaban abiertas, parecía medir fácilmente un metro cada una, vestido con una túnica negra y en sus manos una prominente hoz que aun siendo de piedra Isis podía jurar que fácilmente los cortaría, de la punta de la hoz salía un fino hilo de agua cristalina que caía hacía la base de la fuente rodeada de gente.

Escudriñó el rostro del apuesto ángel y recordó haberlo visto en uno de los libros de su madre, era un libro de cómo se representaba la muerte en las diversas culturas, recordaba que entre el capítulo ilustraban al ángel que guiaba a las almas para ser juzgadas, Azrael, el ángel de la muerte. La escultura que se hallaba en la fuente era la de Azrael. Era cierto, los Shinigami tenían cierta similitud con aquel ángel que mencionaba el libro, su madre estaría feliz de saber que existían criaturas como los Shinigami, más bien, le encantaría saber que todas aquellas criaturas de las que tanto hablaba en sus clases de mitología en la universidad, eran reales. Algún día se lo diría se recordó.

Isis volvió su vista y vio que sentada sobre la base de la fuente se encontraba una mujer de cabello negro lacio hasta la cintura, unos rebeldes cabellos enmarcaban su rostro de piel blanca. Tenía los ojos ligeramente rasgados de un color rojo sangre, la nariz ligeramente respingada y para completar la belleza de su rostro unos labios de color rosa fuerte. Iba vestida con una túnica negra igual a la que usaban todos los seres a su alrededor, con forme se acercaba, podía ver que tenia las uñas pintadas de carmesí que rasgaban las cuerdas de un objeto similar a una guitarra con la diferencia que no tenía mástil, era la chica la que cantaba en lengua elfica:

Perjrubec do zuopa

Lruer do dapar

Nio masjopes su eszopa

Beyesdapa do lorgar

-¿Qué significa? -preguntó Isis a Caleb, cuando aquella chica terminaba de cantar la estrofa y los de su alrededor aplaudían con sordos aplausos.

-Lo que ella cantó, es una melodía muy conocida para los Shinigami, creo que traducida diría:”Lagrimas de hielo, frías de dolor, que congelan mi anhelo matándolo de fervor” -Contestó Caleb dirigiendo a los caballos hacia unos troncos para atarlos -dejemos los caballos aquí, mientras estemos en Bladow no los necesitaremos.

Los demás bajaron de los caballos y los ataron a los troncos, un poco apartados del parque y caminaron juntos hacia la multitud que había vuelto a quedarse estática y la mujer cantaba una nueva canción, esta vez en lengua humana, ahora era una balada que parecía llegar al alma, pues con cada palabra que cantaba podía sentirse el dolor que rasgaba el aire.

-La tristeza, el desamor y la soledad

Tristeza palabras que tocan

El fondo de nuestro corazón

Dejándonos una desilusión

Día con día

Es un hueco

Es un vacío a lo mejor

Pero es como una esperanza

Que no sabrás si algún día sonará.

Como el canto de las aves

Como el susurro de mi alma en cautiverio

Canto esta canción llorando

Una dulce melancolía

Que remueve mi corazón y entristece mi alma

Como la tristeza de un ave en cautiverio sola

Y cantando sin parar

Aunque nadie la escuche

O sin que nadie la alimente

Su alma y su espíritu

Ansiando libertad

Buscando el amor perdido.

Encerrada en sí misma

Y en mi propia soledad

En un mundo donde solo

La palabra tristeza existe

Esperando que algún día

Suene mi melodía

Mi canción de soledad

Tristeza y amor.

Como el aire pasa y pasa

Sin cesar un solo momento

Así mismo transcurre el tiempo

Y no hay modo de frenar cosa alguna

Pero lo que si sé

Es que con el pasar del tiempo

Pierdo la ilusión

De volver a tener algún día

El amor y la libertad del corazón.

Con las últimas líneas de la canción la mujer fulminó con la vista a Caleb y no la apartó aun cuando el público empezó a aplaudir sin mucha gracia, Caleb sonrió, cuando los aplausos cesaron ella bajó la vista para guardar el instrumento que tocaba en un delicado estuche de cuero azul oscuro lo más rápido que pudo y se apresuró a alejarse de la multitud que se dispersó por el lugar.

-Cuanto tiempo sin vernos, Hellen -dijo Caleb cuando la mujer pasaba a su lado sin detenerse, sin embargo detuvo su paso en cuanto escuchó su nombre con una extraña mueca como si hubiera probado algo extremadamente ácido.

-Tenía esperanza que no vinieras a buscarme -murmuró la mujer viendo por el rabillo del ojo a Caleb.

-¡Que mala eres con tu amigo de la infancia! -se quejó sonriendo Caleb.

-No me hace gracia Caleb, ¿Qué quieres? -dijo fríamente Hellen, mientras volvía a caminar lejos de ellos con largas zancadas que pronto la dejaron bastante lejos de los chicos.

-Solo, quiero preguntarte algo, no te pongas en ese plan, es importante -le dijo él, comenzando a caminar detrás de ella, que había dado una vuelta a la derecha para hallarse en un pequeño camino.

-Tú tienes un raro concepto de la palabra importante -mencionó ella doblando de nuevo a la derecha, en la siguiente bifurcación que encontraron.

-¡Anda! esto sí es importante -le habló el elfo haciendo una mueca graciosa en el rostro simulando una súplica, Hellen se detuvo y lo vio por unos segundos para volver a caminar por el estrecho camino.

-Esos trucos no funcionan conmigo, te conozco demasiado bien como para caer en tus juegos -le informó ella cuando se detenía delante de una puerta de hierro negro que abrió con una llave que había sacado de una bolsa en su túnica -me he metido en muchos problemas por tu culpa, Caleb, y no quiero volver a meterme en otro. Así que busca a otra persona que te pueda ayudar.

Dicho eso, Hellen se disponía a perderse en el interior del oscuro cuarto cuando Caleb se lo impidió tomándola del brazo, haciendo que ella volviera a fijar su mirada sobre sus ojos turquesa con una mirada asesina que hizo retroceder a los tres humanos que habían estado siguiendo a Caleb y Hellen sin pronuncian palabra alguna, sin embargo él no se movió ni un ápice, simplemente su rostro se volvió serio.

-Esta vez el problema no es mío, Hellen, se trata de Zane, él está…, lo secuestraron -dijo seriamente Caleb con un deje de preocupación en su voz, una preocupación que no solo caló su voz si no también sus ojos, Isis no podía dejar de cuan sorprenderse cuan emotivo era aquel elfo.

Hellen escudriño el rostro del joven como buscando algo que le dijera que era una mentira lo que había dicho pero no lo encontró, su corazón empezó a latir fuertemente, la preocupación estaba entrando en ella, Zane siempre había significado mucho para ella. Miró detrás de los hombros del elfo y vio a los tres chicos humanos que la miraban, se liberó del agarre del joven y abrió la puerta en su totalidad, apartándose para que los cuatro entraran, debía que escuchar lo que Caleb tenía que decirle.

La casa de Hellen al contrario de lo que Isis había visto del mundo oscuro estaba llena de cosas hermosas de colores llamativos y alegres, aunque opacados por la pobre iluminación, sin perder del todo el suave rumor a hogar que propinaban, lo que claramente contrastaba con la apariencia que Hellen transmitía con su sola presencia, se preguntó si habría sido ella la que decoró la casa.

-Te quedaste con la misma decoración que deje la vez anterior que estuve aquí, ¡Qué gran amiga eres! -dijo alegremente Caleb para luego dejarse caer en el sillón negro lleno de cojines de colores, sin duda otra de sus ideas.

-Lo dejé, sólo porque no he tenido tiempo para cambiar el desastre que hiciste con mi casa -le informó ella manteniendo el semblante serio -Ahora dime, cabeza hueca, en que has metido a Zane esta vez.

-¡Oye! Lo dices como si siempre fuera el causante de los problemas de mi primo -gruñó el castaño inflando ligeramente las mejillas, Caleb sin duda era lindo.

-Porque es cierto, Zane casi no se mete en problemas y en los que se ha visto envuelto son casi todos tu culpa -le recordó Hellen y luego se sentó en una silla forrada de tela roja que estaba al lado del sillón en el que se había sentado Caleb, luego miró a los chicos como si por primera vez los hubiese vistos -Siento mi descortesía, tomen asiento por favor.

-No hay problema -contestó Isis y se sentó junto a April y Kevin en un sillón con tres plazas repleto de cojines de colores como en el que se había sentado Caleb.

-Por cierto, Hellen, aun no te he presentado a los humanos que me acompañan, creo, ella es Isis, April y él es Kevin -dijo Caleb señalando a cada uno de ellos, a lo que Hellen no prestó mucho atención, por lo que Caleb decidió seguir hablando sobre Zane antes que el ambiente se pudiera cortar con un cuchillo

-mmm, esta vez el problema en el que se metió Zane no es mi culpa…-continuó Caleb nerviosamente aparentando estar ofendido por la acusación que le había hecho Hellen, para luego adquirir un semblante serio -Zane fue secuestrado, mientras se dirigía hacia aquí, aun no sabemos la razón, o el ser que lo secuestro, pero sea quien sea, no lo podemos divulgar, por eso te pediré que lo que se hable aquí no lo repitas. Si la nobleza se llega a enterar de que el Rey de la luz fue secuestrado en este mundo los delgados lazos que mantienen la paz entre los dos mundos se romperán y se desatara la guerra. Por ello necesitamos actuar en secreto, y apuesto que para llevarse a Zane, seguro que usaron un poderoso hechizo captor, el cual suele tomar la forma de una burbuja, así que no me extrañaría que lo hayan transportado en un carruaje. Cerca de donde mi primo fue secuestrado encontré marcas de ruedas, pero sus captores fueron muy astutos pues lo guiaron por el río, seguí el río y a poco más de unos kilómetros las marcas de ruedas volvían a aparecer para perderse en la carretera donde la roca impedía seguir cualquier rastro, y si Zane sigue en este mundo debió haber pasado por Bladow, y alguien seguramente debió haber visto el carruaje, porque no es nada común ver algo así en el mundo oscuro.

Ella meditó un momento las palabras de Caleb con una expresión sombría y no tardó en susurrar -¡mientes!

-No miento, por si no te has fijado, los humanos que vienen conmigo no son humanos comunes, ella -dijo Caleb señalando a Isis -es la salvadora.

Hellen se puso de pie y fijó su profunda mirada carmesí en Isis que no apartó su mirada, estar acostumbrada a los profundos ojos de Zane ayudaba mucho. Caleb ya había supuesto aquello, sabía muy bien que Hellen no le creería por eso había preferido esperar a que Isis llegara al mundo nocturno antes de hablar con ella, pues viendo a la salvadora ella no podría conjeturar que él mentía y no se negaría a ayudar.

-Lo que Caleb dijo acerca de Zane lastimosamente es cierto, él fue secuestrado -dijo Isis a Hellen y luego extendió la palma de su mano que tenía cuatro pequeños cortes en forma de media luna donde sus uñas se habían enterrado en su piel haciendo que pequeñas gotas de sangre fresca brotaran de las heridas -cesjro rojote yi seyirepohe[i] -su palma emitió un ligero brillo verde, que segundos después se extinguió.

-Pues no puedo ayudarlos -dijo Hellen después de un tiempo -acabo de llegar a Bladow, he estado recogiendo almas en el mundo humano, cada día en ese mundo mueren cientos de personas, seguro que si sus mujeres no fueran tan fértiles se hubieran extinto hace tiempo. -ella suspiró -Pero…creo que si….pregunto a…algunos Shinigami tal vez consiga algo.

-Por favor Hellen esto es muy importante, si a mí me hablaran, yo les preguntaría -mencionó él, mientras Hellen caminaba hacia la puerta de la casa.

Ella volteó y lo miró a los ojos, sus labios se arrugaron en un mueca, que quizás era una sonrisa, pero en ese rostro tan inexpresivo era difícil saberlo, le recordó a él, y luego a Isis le pareció ver arrepentimiento en los ojos de Hellen pero fue tan fugaz que no sabía si en realidad lo hubiera visto.

-No tardaré -dijo Hellen con un tono neutro, cuando sus labios volvieron a estar lisos y luego se perdió entre la penumbra de la calle.

Isis se levantó del sofá y un pequeño destello de celos estaba presente en su alma, volvió a clavar sus uñas en la piel de sus palmas. Hellen había hablado de Zane como si lo conociera de mucho tiempo atrás, y eso la llenaba de celos. Aunque ella llevara un año de conocer a Zane y ella supiera que el color favorito de él era el azul oscuro y todos los tonos de verde, aunque supiera que amaba el helado y la gelatina élfica, que su fruta favorita era el melón y que cualquier lugar en el que estuviera por más de dos segundos se llenaba de su fragancia a canela, aunque supiera que le encantaba que se sentaran bajo un árbol con ella entre sus piernas y que recostara la cabeza sobre su pecho. Siempre habían cosas que le encantaría saber de él, pero por la distancia no las conocía, y que alguien como Rose o Hellen las supiera sin duda la enojaba.

-Caleb, de ¿Dónde conoce Hellen a Zane? -preguntó Kevin e Isis volteó a verlo de inmediato, sin duda su amigo la conocía muy bien, eso era lo que ella estaba a punto de preguntar.

-Bueno, Hellen y yo crecimos juntos, y Zane solía venir a jugar conmigo muy seguido, pues no nos llevábamos mucho tiempo de diferencia y ya que él nunca se llevo con Alberich… -Contestó Caleb con una de sus hermosas sonrisas en el rostro -Hellen y Zane no tardaron en hacer amistad, como podrán ver tienen un carácter muy similar -él rió por lo bajo -y como la mayoría de las mujeres que conocen a Zane, Hellen, aunque lo niegue terminó enamorada de él -Isis frunció el ceño, a lo que Kevin y Caleb rieron aun más fuerte -pero no te preocupes Isis, mi primo era demasiado frío como para aceptar sus sentimientos, al principio me enfadé por la forma en que la rechazaba, pero ahora me alegro que lo haya hecho, porque tú quedas mejor con él, sin duda tú estas descongelando el témpano de hielo que es mi querido primo.

Caleb rió más fuerte y esta vez Isis lo acompañó, era realmente difícil no reír cuando Caleb lo hacía, su risa era sumamente contagiosa, sin duda Caleb alegraba a Isis en los peores momentos, sería divertido pasar más tiempo con él.

[i] Cesjro rojote yi seyirepohe = sangre revela tu naturaleza

martes, 28 de julio de 2009

Personajes MVA, Isis



Hola a todos, para que os aburrais hasta que publique el proximo capitulo, he pensado en subir la descripción de nuestros personajes principales, uno a uno ires conociendo más cosas de ellos y tambien, tengo, y podreis opinar de ello, la imagen del actor que tiene las caracteristicas de los personajes.
La primera la protagonista, Isis.

Isis Brown:

Isis es una joven de 17 años, su cumpleaños es el 31 de marzo, su signo zodiacal es Aries, de cabello castaño claro con ligeras ondas que le llegaban a media espalda, de ojos verde claro y piel blanca, era alta y delgada de buen cuerpo. La mayoría del tiempo es un joven muy callada que gusta grandemente de la fantasía, es valiente y enérgica, aunque necesita que alguien este con ella para apoyarla.

Su mejor amigo, Kevin, usualmente es el que la alienta, la conoce desde que tenían 11 años, él sabría decir si esta triste o simplemente perdida en su imaginación.

No creía que el amor surgiese en personas totalmente opuestas y que se llevaran tan mal, hasta que conoce a Zane, con quien a pesar de pelarse muy a menudo están enamorados.

Zane es todo lo que ella había deseado, guapo, inteligente, audaz, de una raza mágica y frio, bueno lo último venia con el paquete. No esperaba perfección,pero él esta muy cerca de serlo, darían su vida el uno por el otro, aunque ella tiene miedo de que su diferencia de raza, edad y la inmortalidad de Zane sean una barrera para estar juntos. Aunque ella lucharía para romperla.

(Emma Roberts)

Creo que Emma Roberts, podria ser la representación de Isis, ¿que opinais?

El proximo será Zane

viernes, 24 de julio de 2009

Book II, Capítulo II, Caleb


Aquí teneis el segundo capítulo del libro. Gracias a Miyaly_, Isha y a todos los demás que leen.

“Tan solo una sonrisa
es necesaria para dejar atrás el pasadoy encarar el futuro con positivismo
sonríe…”

NeoGabox Autoretrato

Capítulo II

Caleb

Isis apretó los puños sintiendo como sus uñas se le incrustaban dentro de su carne, y un nudo se formó en su garganta. Zane no podía estar secuestrado, él no. Zane era el Rey de los elfos y también Rey del mundo de la luz, se suponía que era el ser mejor protegido del mundo brillante y el más fuerte entre todos los seres, o eso era lo que ella creía. Debía haber un error, además ¿Quién se atrevería a jugar con la vida del Rey de la luz?

-¿Cuan…? ¿Cómo…? -trató de preguntar pero su garganta estaba cerrada por el miedo.

-Fue ayer por la noche que desapareció, -Explicó Eclipse –desapareció cuando él se dirigía hacia el mundo de la oscuridad, ahí se reuniría con su primo y estaría con él una semana hasta la reunión de líderes que se iba a realizar en el palacio Nocturno. Pero algo paso en el camino Isis, porque Zane jamás llego con su primo, y Dorado, que era el caballo que iba con Zane, regresó al palacio de Luz y no recuerda nada de lo sucedido.

-Lo último que recuerdo es haber atravesado el árbol de los mundos con mi amo pero eso es todo -agregó tristemente Dorado.

-¡El caballo habla! -exclamó April y todos la miraron fulminantemente.

-Veo que tenemos una nueva visitante -dijo Eclipse viendo a April -Soy Eclipse, un placer conocerte -agregó haciendo una reverencia.

April se quedó paralizada viendo a la mujer de cabello rizado que le había hablado, sin duda era una de las mujeres más bellas que hubiese visto, sus rasgos sin equivocación no eran humanos, y recordó lo que había dicho Kevin acerca de las criaturas mágicas, esa mujer debía ser una de ellas. Kevin notó la ausencia de su amiga y le dio un ligero golpe en el brazo para que reaccionara lo que funcionó muy bien pues dio un pequeño respingo.

-¡Ah! Lo siento Soy April Stand -Se presentó lo mas cortésmente que pudo al lo que Eclipse solo curvo sus labios en un intento fallido de sonrisa y se volvió hacia Isis.

-April -susurró Kevin cerca del oído de su amiga para que solo ella pudiera escucharlo -Será mejor que no intervengas por el momento, yo te explicaré todo después.

April asintió en silencio y se dedicó a observar a Eclipse e Isis, parecía que la persona de la que hablaban significaba mucho, más bien demasiado para su amiga y esa persona, por lo que hasta ahora había escuchado, estaba en graves problemas.

-¿Y qué podemos hacer para encontrarlo? -preguntó Isis volviendo a la conversación que se había interrumpido por la intervención de April.

-Por eso estoy aquí, -contestó Eclipse -estaba segura de que vendrías pronto, más sabiendo que tenías un collar de perlas Falmes, lamentablemente no podemos poner a todo el ejercito de la luz a buscar a Zane, como sabes nuestro pueblo aun no se recupera del desastre hecho por Alberich y si supieran que su Monarca fue secuestrado entrarían en pánico temiendo otra guerra, así que estamos ocultando la desaparición, por eso queremos que su búsqueda se haga en secreto, sé que esto lo hará más difícil, pero no tenemos otra opción y además quien mejor para buscarlo que “la liberadora”. No sabemos en que Mundo puede hallarse, así que deberán buscarlo en los seis Mundos Mágicos.

-¿Cómo haremos eso? Solo somos tres, conocemos la Tierra y apenas conocemos el Mundo de la Luz y ni hablar de los otros cuatro mundos -recordó Kevin.

-Lo sé, por eso también las chicas están buscando a Zane, ellas lo están buscando en el mundo del agua y fuego, y ustedes tendrán un guía, el primo de Zane estará con ustedes, ahora mismo los está esperando en el mundo de la oscuridad, la Reina Akassia y yo nos encargaremos de buscarlo en este mundo. En una semana se reunirán con nosotras en el mundo del aire así que por favor no se atrasen, el punto de encuentro será el árbol de los mundos. -dicho esto Eclipse caminó hacia los caballos que estaban cargados de bolsas y sacó tres de las cinco que llevaba Dorado y las abrió en el suelo mostrando así su contenido -Será mejor que se cambien de ropa antes de partir al mundo oscuro -agregó y sacó dos hermosos vestidos negros.

Isis tomó los vestidos sin ninguna expresión en particular, después de todo, aun recordaba con claridad lo que había dicho la maga Mariza acerca de la limitación que significaba la ropa humana. Tomó uno de los vestidos que había recibido de Eclipse y se lo dio a April.

-Vamos, tenemos que cambiarnos de ropa -dijo Isis a la chica señalando detrás de unos árboles, y pronto las dos se perdieron detrás de estos, después de haberse ocultado, sonrió, en el mundo de la luz nunca harían falta árboles.

-Tú también debes de que cambiarte -informó Eclipse a Kevin, mientras le extendía otro paquete de ropa –hazlo aquí yo iré con Isis y April.

Minutos después estaban los cuatro junto con los dos caballos de pie frente al árbol de los mundos, el aire estaba lleno de una indescifrable fragancia, como el suave olor que precede a la tormenta, algo grande estaba empezando, y tal como había sucedido el año anterior las grandes cosas sucedían a la sombra de ese inmenso árbol.

-Es hora de que se marchen, -dijo Eclipse colocándose al frente de los humanos -había preparado dos caballos pensando que vendrían solo tú y Kevin, pero espero que se arreglen solo con dos. En la silla de Dorado coloque dos bolsas de provisiones, así que espero que eso les sirva en su viaje.

-Entiendo -susurró Isis cuando montaba a Dorado y tomaba las riendas del caballo.

-Vamos -dijo Kevin a April y seguido, la ayudó a montar a Ror -tú vendrás conmigo porque dudo que Dorado te deje que lo montes.

-Bien, pero te advierto que soy un desastre a caballo -sentenció April, y dejo que Kevin se colocara delante de ella.

-Lo tendré en cuenta -respondió él sonriendo, seguro que en este viaje tendría compañía en los momentos peligrosos.

-Isis, -llamó Eclipse caminando hacia la castaña con una pequeña caja, que parecía de cristal repleta de frasquitos que brillaban en distintos colores a la luz del sol -tengo otra cosa para ti, llévate estos Forisen, les serán útiles en el viaje. No te vayas a preocupar por que se rompan, la caja y los frascos están hechos de diamante.

Isis tomó la pequeña cajita y la introdujo en su bolsa, tomando antes el pequeño bote de contenido negro. Cabalgó hasta las raíces del frondoso árbol y vertió rápidamente una cuantas gotitas del espeso líquido, lo que hizo aparecer el arco de los mundos y sus ya familiares versos tallados, y por primera vez desde que conocía los mundos mágicos el arco daba a una total oscuridad.

-Gracias, Eclipse -dijo Isis para luego adentrarse en la oscuridad seguida por sus amigos.

La oscuridad los tragó y el arco no tardó en cerrarse a sus espaldas eliminando así cualquier rastro de luz. Todo era oscuridad, pero era de esperarse, sabiendo que se llamaba el Mundo de la Oscuridad. Las tinieblas eran tan envolventes que Isis no podía ver nada, no podía distinguir si tenía los ojos abiertos o cerrados, solo después de pestañar varias veces comprendió que sus ojos estaban abiertos. Miró hacia arriba y vio un cielo sin estrellas, y algo parecido a una luna opaca que resplandecía con pereza en un tono anaranjado, rápidamente se dio cuenta que era diferente a la luna de la Tierra cuando esta llena y naranja, y era aquella esfera parecía totalmente lisa, mientras que el satélite que ella acostumbrada a ver desde el Mundo Humano a pesar de estar muy alejado, podía observar y distinguir muy bien los cráteres que adornaban su superficie.

Una helada brisa le dio en el rostro y un olor a brea inundó el lugar. Era una suerte tener ese vestido de tela gruesa que la protegía del frío. Isis giró su cabeza tratando de distinguir a sus amigos, pero le fue inútil, la oscuridad era total, ella estaba acostumbrada a la oscuridad pero no estaba tan segura de que April y Kevin lo estuvieran, así que sería mejor hacer algo pronto.

-Isis, no veo nada, ¿Podrías poner algo de luz en este lugar? -le preguntó Kevin al lado de la castaña.

-Enseguida lo arreglo -contestó ella, después de todo sus visitas al reino de la luz no habían sido en vano y no por nada el Rey de ese mundo había sido su maestro -Pih[i]

Una esfera del tamaño de un melón brillo sobre la mano extendida de Isis, ella elevó su mano por sobre su cabeza para iluminar todo a su alrededor.

-Creo que estaba mejor antes -dijo April con una sonrisa nerviosa, y la vos entrecortada por la tensión y la sorpresa que le provocaba estar en un lugar que ella había pensado existiera, ni siquiera en su buena imaginación de futura periodista.

Y la verdad, ese nerviosismo era de esperarse, estaban en medio de un desierto de arena negra similar a la ceniza e Isis supuso que era la responsable del agrio olor que inundaba el ambiente. Débilmente se elevaban unos troncos delgados y secos sin hojas que parecían totalmente carbonizados, cosa que le daba un aspecto profundamente lúgubre al inmenso lugar, porque sin duda aquellas debían ser las únicas plantas que podían crecer en esa total oscuridad, pues eran lo único que había en el suelo.

Estudió un poco más el suelo y vio como este era pegajoso, agradeció estar montada en Dorado, pues odia arruinar los hermosos vestidos de tela elfica que tanto le agradaban. El viento corría cada vez más fuerte y el frío empezó a calarle hasta los huesos, inconscientemente llevo sus manos a sus hombros buscando aminorar el frío. Volteó a la derecha y si no hubiera tenido las riendas enredadas en su muñeca seguro se habría caído de bruces al suelo por la impresión que tuvo al ver unos penetrantes ojos turquesa que la observaban desde la oscuridad, donde la luz de su hechizo no llegaba. Respiró hondo, no podía dejarse llevar por el miedo, ¿Qué hubiera dicho Zane si hubiera percibido sus sensación de profundo temor?, recompuso su postura, no podía permitirse flaquear.

-¿Quién está ahí? -preguntó con mal lograda firmeza.

Una extraña y contagiosa risa de tono burlón pero al mismo tiempo agradable llenó el ambiente, y que por alguna razón, hizo que toda la presión que había estado presente desde que llegaron desapareciera por completo, y sin notarlo una ligera sonrisa curvo los labios de Isis haciendo que todos los músculos que habían estado tensos se relajaran.

El sujeto salió de entre la oscuridad con ágil paso hasta Dorado y delicadamente bajo la mano de Isis, que sostenía la esfera luminosa con la suya propia, el contacto no era para nada brusco lo que hizo que Isis no se opusiera a la acción realizada.

-Zane tenía razón eres un poco imprudente, en este mundo no puedes andar por ahí con una esfera mágica brillando en todo su esplendor, si te miran seguro que te matan - dijo sonriendo el sujeto mientras colocaba su mano sobre la esfera haciendo que poco a poco fuera aminorando su tamaño y brillo -Veo que tampoco mintió cuando dijo eras hermosa, soy Caleb.

La voz de Caleb era realmente alegre y su tacto era tibio y relajante, Isis pudo reaccionar cuando él quito su mano de sobre la suya dejando la gran esfera convertida en una bola, del tamaño de una de billar. El chico era alto y de cabello castaño claro, con ligeros destellos rojos que le daban un tinte anaranjado. Tenía la piel blanca, y unos preciosos brillantes ojos de color turquesa que parecían dos joyas y sonrisa, Isis tuvo que hacer un esfuerzo para no empezar a reír con él, esa sonrisa preciosa, que al formarla hacía que se le vieran dos ojuelos a ambos lados de las mejillas muy cerca de la comisura de sus rosáceos labios.

-Eres tan… Soy Isis -se apresuró a corregir ella, y no pudo evitar que un ligero sonrojo se apoderara de sus mejillas, pero con el frío aire que corría seguramente alguien a quien culpar.

-¿Y ustedes? -preguntó alegremente Caleb volteando hacia Kevin y April quienes habían guardado silencio al ver al recién llegado.

--Yo me llamo Kevin -se presentó el chico de pelo azabache sonriendo, Isis supo que no había sido la única a la que se le había contagiado la sonrisa de Caleb.

-Yo soy April -dijo embobada su amiga, reaccionando luego con ayuda de un empujoncito de parte del brazo de Kevin.

-Bonito nombre -mencionó Caleb -será mejor que empecemos con nuestro camino o no llegaremos nunca a nuestro destino, ¡Hey, Carly ya están aquí! -agregó lo ultimo gritando, para después voltear y hablar con aquella hermosa sonrisa surcando su rostro -Carly es mi yegua -explicó.

Dicho esto, una hermosa yegua de pelaje plateado y de crines un poco más oscuras que su pelaje trenzadas en varias partes, apareció por la dirección de la que había llegado Caleb, y no tardó en colocarse al lado de él y ver expectantes a los tres humanos que la veían deslumbrados ante tal belleza, pues para Isis esa yegua parecía más a como se retrataba a los unicornios, solo que sin el cuerno.

-Ya era hora, me estaba aburriendo, seguro que si esperaba un poco más ahí de pie, esta arena me habría tragado -dijo Carly mientras movía la cabeza para apartar las crines de sus oscuros ojos.

-No seas mal educada Carly, preséntate primero antes de protestar -respondió Caleb.

-¿Qué? -dijo atónita la yegua viendo a Caleb -pero si Dorado ya me conoce, tonto.

-Carly -dijo Caleb de manera amenazante pero aun divertida.

-Yo solo me presento con seres como yo, bellos e importantes -dijo la yegua.

-Ves -susurró Caleb a Isis -es muy terca, a veces pienso que hubiera preferido a Ror como caballo cuando tía Amber nos regaló los caballos a Zane y a mí.

El de ojos turquesa suspiró y se alejó de Isis con un mohín en el rostro, ella sonrió. Con ágil movimiento Caleb se montó en Carly, tomó las riendas y la guió hacia los tres humanos con esa bella sonrisa de oreja a oreja haciendo que se le marcaran de nuevo los ojuelos de las mejillas, sin duda era la sonrisa más bella que Isis hubiera visto, una sonrisa llena de sentimientos, una sonrisa verdadera. Recordó que Zane le había dicho que en los elfos era muy extraño ver que mostraran sus sentimientos, pues para ellos era una debilidad, usualmente eran muy cuidadosos al momento de enamorarse y rara vez se sabía que lo estaban, hasta las madres eran sumamente sutiles con el cariño hacia sus hijos, pero Caleb era diferente, su simple presencia hacia que el ambiente a su alrededor fuera cargado de sus sentimientos, él era diferente. Isis supuso que aun estando enojado vería ese brillo de alegría en su rostro.

-Tenemos que irnos, -dijo Caleb de manera casual dando una rápida mirada a Isis, Kevin y April - ¿Están Listos?

-Claro, vamos -contestó Isis.

Caleb marcaba el camino, a su derecha iba Isis y a la izquierda iba Kevin con April inmersos en una conversación en la que el chico le explicaba a la rubia algo que sin duda debía ser lo acontecido en la batalla del año anterior, por la forma en la que Kevin movía las manos. Isis sonrió, Ror era un excelente caballo para guiar a su jinete sin que este se diese cuenta, pues Kevin apenas y tocaba las riendas o más bien nunca las tocaba.

-Caleb -llamó Isis y el chico volteó la cara hacia ella sonriendo -¿Hacia dónde vamos?

-Vamos hacia Bladow, uno de los pueblos oscuros. Bladow es el centro del mundo Oscuro, seguro ahí encontraremos pistas -contestó sonriendo Caleb.

-Entiendo -susurró Isis e inconscientemente llevó su mano hacia el dije de mariposa que descansaba en su pecho apretándolo delicadamente, cuanto deseaba tocar la piel de Zane en vez del la fría plata de la que estaba hecho el dije.

-Él estará bien, Isis -dijo Caleb, esta vez con una sonrisa consoladora -lo traeremos de vuelta sano y salvo.

Isis le sonrió, Caleb tenía razón, esta vez debía dar todo de su parte para encontrar a Zane y traerlo de vuelta, debía alegrarse, esa Isis triste no era ella, levantó la vista y sonrió, esta vez fue una sonrisa sincera con autentica alegría, alegría pues sabía que con esfuerzo traerían de vuelta a Zane, debía ser fuerte, pero fuerte por ella y por Zane.

-¿Qué tipo de criaturas viven aquí? -preguntó Isis recuperando su usual tono alegre, él volteó.

-Como lo más que brilla el sol de este mundo es como está ahora, habitan solo criaturas que son nocturnas en cualquier otro mundo, hay ogros, vampiros, la mayoría de gigantes y enanos viven aquí. Pero los que más llenan este mundo son los Shinigami…

-¡Shinigami! -interrumpió April, sin duda su amiga podía estar entretenida en una conversación y pendiente de otra -¿hablas de los dioses de la muerte japoneses?, vaya de la mitología celta te pasas a la japonesa.

-Bueno, no es que me cambie de cultura, es solo que muchas de las criaturas mágicas solo se dejaban ver en ciertos lugares, por eso es que tal vez para los humanos los dividía la cultura o los llamaban de diferentes nombres -explicó Caleb con calma -Además a los Shinigami se les conoce con muchos nombres, algunos los llaman dioses de la muerte, Muerte, o hasta Ángeles de la muerte, pero en realidad ellos prefieren que se les llame Shinigami. ¡Ah! También hay seres llamados Penumbra ustedes les conocerán como demonios.

-No pensé que hubiesen demonios en el Mundo Humano -Mencionó Kevin.

-Habitan pero son muy pocos y además los humanos no pueden verlos. No puede hacerles daño, solo se encargan de asustarlos un poco y de perseguir almas de muertos -Explico Caleb para luego guardar silencio.

-¿Qué es lo que hacen los Shinigami? -preguntó Isis con clara duda.

-Se encargan de llevar las almas de los muertos al jigoku o al cielo según sea el caso, también se encargan de controlar el número e Penumbra que habitan el mundo humano, en realidad no son dioses, más bien son trabajadores o mensajeros -aclaró Caleb.

-¿Qué es el jigoku? -preguntó Kevin

-Es la forma en la que los japoneses llaman al infierno -respondió April rápidamente, seguro que ya se había hecho propietaria de una gran cantidad e libros de mitología, considerando quien era su amiga -entonces ¿Los Shinigami son buenos?

-Nadie lo sabe, como tratan con ángeles y demonios, no es seguro que sean buenos o malos, solo son fieles a sí mismos -contestó Caleb, mientras cruzaba hacia la izquierda después de un árbol de ciprés -Este es el pueblo de Bladow.

Isis subió la vista, el pueblo de Bladow apenas estaba iluminado por unas farolas que brillaban con pereza dejando todo en lúgubres sombras. En el lugar habían algunas casas que estaban perfectamente alineadas creando un efecto de cuadricula en el fantasmagórico pueblo de calles empedradas.

-Será mejor que te deshagas del hechizo -le dijo Caleb a Isis cuando se adentraban en el pueblo vacío.

Isis se deshizo rápidamente de la esfera de luz que había mantenido brillando en todo el camino con un suave susurro y se dedico a contemplar las vacías calles, nadie se asomaba por ningún lado, salvo curiosas sombras que se a apresuraban atravesar las negras paredes de las casas, Isis se preguntó si serían aquellos los Shinigami, pero tenía el leve presentimiento de que pronto lo sabría.


[i] Pih = luz