domingo, 28 de febrero de 2010

Book II, Capítulo XIII, El Pacto por un Cuerpo

“Cuando quieres realmente una cosa,
Todo el Universo conspira para
Ayudarte a conseguirla.”
Paulo Coelho
Capítulo XIII
El Pacto por un Cuerpo
El sol de medio día estaba a punto de iluminar la marchita habitación convertida en cárcel por un demente que soñaba con grandeza sin importarle cuánto dolor causara con conseguirla. Seis seres se movían ahora por la recién abandonada estancia. Isis suspiró antes de sentarse en el suelo cubierto de polvo de la habitación, era tiempo de descubrir el secreto del secuestro del Rey de la luz.

-“Estaré en el mundo donde nuestra historia empezó…” –Recitó lentamente Helios que estaba de pie junto a la cama viendo el escrito atentamente –esa parte es clara y ya la han encontrado: Zane está en el Mundo Humano. La siguiente línea también es fácil “Porque es el lugar donde mi corazón fue atado” se refiere a que fue el lugar donde se enamoró de Isis, ambas líneas tienen la misma respuesta.

>>Ahora la siguientes líneas son un poco confusas –continuó Helios mientras caminaba en círculos por la habitación “En un lugar donde el poder sagrado es espeso, el ritual que acabara el orden establecido será realizado”. Lo que tenemos que averiguar es eso, ¿Qué ritual podrá acabar con el orden establecido?

-Rituales de esa clase hay muchos –Mencionó Caleb distraídamente de una manera como quien conoce a la perfección ese tema.

-Sí, lo sé –Dijo Helios dirigiendo su mirada hacia el elfo –lo que tenemos que tener en cuenta es que debe de ser un ritual que reúna lo que Zane nos ha dicho: la luna llena, la fecha de Samhain, poder sagrado espeso y un cementerio.

-Me parece, Helios –Dijo Caleb –que primero deberíamos encontrar al tipo de ser que es la mente maestra de este secuestro.

-¿Por qué lo dices? –preguntó Kristal desde un rincón de la habitación.

-Porque así se nos hará más fácil identificar al ritual del que hablan –explicó Caleb sin mirar a nadie –así podremos saber en qué ambiente se crió ese ser y qué rituales pueden estar en sus manos.

-¿Y qué tipo de ser piensas que es? –Cuestionó Isis con interés, nunca había visto a Caleb tan serio, excepto la noche de la plática con Helios.

-Un Shinigami –respondió Caleb en un suspiro –el trozo de metal lo demuestra, lo que no entiendo es qué tiene que ver la corona con un Shinigami. Nosotros no tenemos Rey.

-¿Nosotros? –Repitió Kevin que acababa de sentarse junto a Isis –Que yo recuerde tú eres un elfo.

-Soy un hibrido mitad doble –dijo Caleb mientras se pasaba las manos con pesadez por el enredado cabello –mi padre era un hibrido entre Shinigami y elfo, mi madre era una princesa élfica. Aunque mi apariencia sea más de elfo que de Shinigami, no puedo desprenderme de mi sangre de ángel de la muerte, por eso puedo decir con certeza de que el metal que dejó Zane junto a la clave, es parte de un arma Shinigami.

Helios lo miró con atención por unos segundos antes de hablar –Tú que vives en el Mundo Oscuro, ¿Has oído algo a cerca de una posible conspiración contra los elfos de parte de los Shinigami?

-Nada –Contestó Caleb, esta vez sosteniéndole la mirada a Helios –inclusive antes de partir del Mundo Oscuro recibimos ayuda de una Shinigami, Hellen. Y si los Shinigami están detrás de esto, seguro que Hellen lo sabría, después de todo ella es la hija del Comandante y me lo habría dicho, después de todo ella le tiene mucho cariño a Zane.

-Entonces, quizás sea otra criatura –argumentó Isis –Quizás un Penumbra, recuerden que habían unos Penumbra en las faldas del volcán Deter.

-Los Penumbra son demasiado torpes como para planear algo tan elaborado como esto, Isis –Dijo Kristal mientras caminaba hacia Helios –Además si mal no recuerdo, ninguna otra criatura aparte de los Shinigami puede empuñar un arma hecha de ese tipo de material aunque la base sea de madera o de oro.

-Sí, y los Shinigami somos los únicos que sabemos cómo se elabora ese material, y un arma hecha por nosotros no se vende –Agregó Caleb a la información de Kristal –Si por alguna razón alguna criatura se hiciera de un arma nuestra no podría herir a nadie ni siquiera podría hacerle un moretón, sólo un Shinigami y los altos Lores tienen el aura necesaria para activar nuestras armas.

-Entonces estamos de acuerdo con que el secuestrador es un Shinigami –Dijo Helios después de que Caleb terminara de hablar –Pero Zane mencionó que la corona y esta pista tendrían relación, pero un Shinigami Rey no existe.

-Zane dejó como pista su corona –susurró Isis sin dirigirse a nadie en especial –él uso esa corona con el propósito de probar que cosas malas también pueden ser renovadas, porque esa corona fue la misma que uso Alberich cuando inicio la guerra, la corona simbolizaba a Alberich.

-Debe de haber una conexión –Dijo April viendo a su amiga –una conexión entre ese tal Alberich y los Shinigami, tal vez él los tenga controlados.

-No lo creo, si los tuviera controlados ellos tendrían la marca en la frente desde que fue efectuado el secuestro –Dijo Caleb a la humana –y cuando estuvimos ahí ninguno de ellos tenía la marca.

-Espera, el hechizo que uso Alberich el año anterior fue un hechizo prohibido de los Shinigami –Comentó Helios mientras caminaba disminuyendo su velocidad hasta detenerse –Ese hechizo era en realidad un ritual sacrificio, pero…

-Pero solo los Shinigami pueden hacer sus hechizos, para otro ser ese trabajo sería imposible…-Continuó Caleb al momento que una misteriosa sonrisa aparecía en su rostro –Ese sacrificio consistía en dar un cuerpo de un Ángel de la muerte, pero los Shinigami raras veces mueren y no pueden ser matados con cualquier arma, por eso…

-El que desea realizar el ritual debe dar su cuerpo –Dijo Helios acompañando la sonrisa de Caleb.

-¿Su cuerpo? –preguntó Kristal viendo un tanto preocupada a Helios –pero eso significaría que ese ser debía morir y con eso no ganaría nada.

-El hechizo solo pide el cuerpo no el alma –explicó Caleb –debes recordar, Kristal, que estos cuerpos sólo son contenedores para el alma, y en los Shinigami es relativamente fácil que sus almas puedan abandonar sus cuerpos.

-Así que el Shinigami que está detrás de esto, debió haber abandonado su cuerpo y haber poseído a alguien que tuviera cierto poder en los Mundos –Concluyó Helios viendo con atención la clave que Zane había dejado –así poder hacer el ritual usando como sacrificio su cuerpo original y así obtener el control de los Mundos sin que nadie sospechara, mientras el hechizo se expandía por todos los mundos. Y el ser que casa en este rompecabezas es…

-¡Alberich! –Exclamó Isis poniéndose de pie de un salto –Alberich fue el ser poseído por ese Shinigami, eso explicaría la actitud tan contrariada que adquirió poco tiempo antes de asumir el trono élfico. Entonces Zane tendría razón, su hermano no era el culpable de todo ese desastre, el culpable era ese ser que lo había poseído.

-Pero entonces ¿Cuál es el ritual en el que usarán a Zane como sacrificio? –preguntó April regresando a todos al tema principal.

-A eso iba –Contestó Helios mientras su sonrisa se ensanchaba más –considerando que el secuestrador es un Shinigami sin cuerpo y las piezas necesarias para el ritual, yo diría que desean realizar un hechizo para recuperar el cuerpo perdido.

-Tienes razón –coincidió Caleb –ese hechizo necesita ser realizado en tierra sagrada, pero no cualquier tierra sagrada, una tierra que complemente las necesidades del hechicero: él necesita un cuerpo, la tierra debe de tener cuerpos, eso nos da como resultado un cementerio.

-El hechizo también especifica que debe ser realizado en el equinoccio más exacto del año –Dijo Helios, para luego sentarse en una de las esquinas de la base de madera de la cama y contemplar a todos con una expresión un tanto cansada en el rostro –ese equinoccio es el de Samhain, es el único equinoccio que se da al mismo tiempo en todos los Mundos mágicos. Y que mejor mundo para llevar a cabo este hechizo prohibido que en la Tierra donde sus suelos están saturados de muertos, y en el equinoccio que ellos llaman Halloween, es cuando las barreras que dividen ese mundo de los demás son tan débiles que hasta el aire es capaz de atravesarlas, además esa misma noche abra luna llena

-Ahora nos falta saber en qué cementerio se hará el ritual –Dijo Isis con el corazón lleno de entusiasmo, pronto encontrarían a Zane, eso no había duda.

-Eso no es tan difícil de saber –Contestó Helios, mientras rebuscaba en la bolsa de su abrigo el libro de mano que había guardo en él antes de salir de la casa –No creo que sus captores hayan llevado a Zane a un lugar demasiado alejado del árbol de los mundos, moverse en el mundo humano es mucho más difícil que en cualquier otro mundo para los seres mágicos, además, mientras más alejados estén del árbol de los mundos, menos efectivo se vuelve el hechizo por las barreras anti-mágicas de la Tierra, y en el área cercana al árbol de los mundos sólo hay un cementerio que está establecido en tierra sagrada, el cementerio de Santa Ester –agregó mientras revisaba el nombre del cementerio en las hojas del libro.

-Entonces tenemos que ir a ese cementerio la noche de Samhain para poder rescatar a Zane –Dijo Caleb mientras caminaba hacia la puerta –Será mejor que avisemos a los gobernantes de lo que hemos encontrado y marchemos de inmediato hacia el Mundo de la Tierra.

-Es lo mejor que pueden hacer –Dijo Helios hacia los tres humanos –Hasta aquí ha llegado la ayuda que yo podía darles, de ahora en adelante la búsqueda de Zane vuelve a quedar solo en sus manos, ya que los asuntos internos de los mundos no me interesan. Así que este es el adiós.

-Preferiría que fuera un hasta pronto –Dijo Isis sonriendo, desde que Helios había aceptado ayudarlos sabía que él no los ayudaría fuera de su territorio y el Mundo humano claramente estaba lejos de su territorio no establecido. Aunque había dicho hasta pronto sabía que si aceptaba no volver a ver a Zane esa sería la última vez que vería a Helios y a Kristal –Gracias por toda la ayuda que nos brindaron, atesoraré todos los recuerdos de esta visita al Mundo del Aire, en especial las sonrisas –agregó viendo a Kristal que aunque la miraba con una sonrisa había cierta tristeza en su mirada.

-Yo también las guardaré en mi memoria –respondió Kristal con una sonrisa alegre y vivaz como tanto la caracterizaban –ahora no sigan perdiendo el tiempo y vayan a tu mundo, deben ver el lugar para poder hacer un buen plan.

-Lo sé, así que adiós –Dijo Isis, entonces camino hacia Kristal y le dio un fraternal abrazo, después se encaminó hacia Helios y beso rápidamente la mejilla del Lord para luego salir rápidamente de la habitación, ella no era muy buena con las despedidas.

Kevin y April la alcanzaron segundos después y montaron sus respectivos pegasos, Caleb los miró con una suave sonrisa, ambos chicos estaban felices, y no era para menos, iban a volver al mundo al que pertenecían, un mundo donde podían demostrar lo que en realidad sabían, en la Tierra ellos serían los guías.

-¿Vendrás con nosotros? –Preguntó April a Caleb alegremente.

-Claro que sí, no podría dejar que se encargaran de todo ustedes –Contestó Caleb un poco distraído aunque con una sonrisa tan propia de él, parecía meditar algo profundamente –Partamos ya.

Con un movimiento de cabeza los tres humanos asintieron a la orden de Caleb y segundos después los cuatro Pegasos en los cuales montaban se abrieron paso por el reluciente cielo, dejando atrás la casa de la última visión que Zane le había mostrado a Isis hacia el último lugar donde llevarían a cabo la búsqueda de Zane, el mundo que desde el principio fue el menos esperado para encontrarlo, el Mundo de la Tierra.

Isis inhaló el dulce viento del Aire, algo en su interior le decía que pronto volvería a ver a su amado elfo, esta vez ella tenía la ventaja del conocimiento del mundo, y eso la hacía sentir segura, el problema se hallaba en qué lugar ocuparían cuando llegaran a su mundo, después de todo, ella había partido de La Tierra el 29 de octubre, el mismo día en el que regresaría, eso les dejaba dos días de estancia en La Tierra. Necesitaban un lugar en donde quedarse y tenía la certeza que ubicarse en la pequeña habitación que compartía con April en la universidad no sería buena idea tomando en cuenta que los hombres no podían entrar a la estancia de las mujeres, y dejar que Caleb fuera a la habitación que Kevin compartía con otro chico llamado Stuart, que tenía fama de genio, no sería buena idea, pues la presencia de Caleb traería demasiadas preguntas de parte de Stuart y terminaría por descubrir que Caleb no era precisamente humano.

El otro lugar que le quedaba era su casa, considerando que era viernes, llegar a casa no traería muchas preguntas, además sus padres solían celebrar Halloween, así que la visita de otro amigo no traería muchas sospechas, Isis diría que lo había llevado para que celebraran juntos Halloween y esperaba que su querida madre no iniciara a interrogar a Caleb sobre si creía o no en la magia, o qué opinaba sobre los diferentes tipos de mitología, después de todo su madre era profesora de mitología y le encantaba hablar del tema, una sonrisa se formó en los labios de Isis, su madre y Caleb se llevarían muy bien.

Entonces estaba decidido, irían a su casa para planear la estrategia con la que rescatarían a Zane en el jeep de Kevin, que se había quedado a la orilla de la carretera, o por lo menos esperaba que se encontrara ahí. El sonido de los cascos de los caballos topando contra el suelo la trajo de vuelta de su meditación. El inmenso árbol de los mundos se encontraba delante de ella, desmontó del Pegaso al igual que sus amigos y caminó hacia el árbol, sin poderlo evitar los recuerdos de la primera vez que miró aquel árbol la golpearon, ahora se encontraba dando lo que quizás sería la última vista que tendría del árbol mágico.

Después de un casi imperceptible suspiro sacó el botecito de diamante elaborado por las hadas lleno de Forisen de Tierra, y sin mucho pensarlo soltó algunas gotas del liquido sobre las inmensas raíces del árbol de los mundos, que no tardó en reaccionar ante la sustancia mágica dándole paso al delicado arco, que daba hacia su mundo.

-Esta será la primera vez que vaya al mundo humano –dijo alegremente Caleb a los chicos al ver el claro mágico del otro lado del arco.

domingo, 21 de febrero de 2010

Book II, Capítulo XII, La Señal de un Molino

“La carga del liderazgo consiste
En ser responsables del bienestar
De aquellos que dependen de ti”
Chistopher Paolini
Capítulo XII
La Señal de un Molino
Isis giró por decima vez la taza de café que sostenía en sus manos, estaba exhausta, no había dormido nada en toda la noche, pero estaba segura que aunque no hubiera estado hablando con Helios y Caleb no hubiera podido dormir en toda la noche por la preocupación que sentía por Zane.

Los rayos del naciente sol se colaban por la ventana en donde ella tenía recostada la cabeza tratando de enfriar con el cristal la reciente jaqueca que la afectaba. Había narrado ya innumerables veces la nueva visión de Zane y eso la empezaba a hartar.

-Una vez más por favor –pidió Helios que estaba sentado en un mullido sillón con una mesa al frente en donde descansaba la esfera de cristal con el mapa tridimensional girando al compás de los movimientos manuales de él.

Isis repitió monótonamente la narración de su visión tratando de no omitir ninguna parte, estaba cansada pero a la vez emocionada por encontrar el lugar en donde Zane había estado cautivo. Al principio había estado desesperada por ponerse en movimiento y encontrar a Zane, quería salir inmediatamente de aquella casa flotante, volando en un Pegaso y buscar a diestra y siniestra a Zane costara lo que costara, pero después se había dado cuenta de su error, no podía actuar tan infantilmente, primero tenía que saber la ubicación del lugar y después planear una estrategia de búsqueda, sabía bien que en esta ocasión Zane debía de haber escondido muy bien las pistas.

-No logro encontrar la casa que describes –dijo Helios mientras movía sus manos de manera circular –el problema se basa que la mayoría de casas de este mundo son como la casa que viste, que sea blanca disminuye nuestra opciones en un 10% pero es lo único, muchos en este mundo viven construyendo casas para luego desocuparlas y mudarse a otras así que debe de haber un promedio de 25% de casas vacías, eso no nos deja muy pocas oportunidades. Debe de haber algo más que nos haga encontrar esa casa.

-No recuerdo nada más –susurró Isis contra el frío cristal –pero me gustaría hacerlo, deseo encontrar a Zane con toda mi alma.

-Entonces recuerda –le dijo Helios poniéndose de pie y caminando hacia ella –Estoy seguro que Zane debió mostrarte la clave para encontrar ese lugar.

-¡Pero ya te he contado todo lo que vi! -Exclamó desesperada Isis poniéndose de pie de repente –tenemos que encontrarlo pronto, ¡Él se está muriendo!

-No podemos hacer nada más que esto para poder encontrarlo –Explicó Helios mientras se frotaba las sienes. Sabía que aquella chica tenía razón al estar tan preocupada, después de todo, la vida que estaba en juego era la de su verdadero amor, pero para poder salvarlo primero debían encontrar la pista que él les había dejado, con ella podrían deducir en qué mundo se hallaba y eso les facilitaría la búsqueda, lo difícil era que ahora tenían un límite de tiempo, la próxima noche de luna llena.

-Tranquilízate, Isis, no ganas nada al enojarte –le dijo Caleb a la chica –solo tratamos de encontrar el lugar con total certeza. La visión que te mostró mi primo esta vez no es tan fácil de encontrar como la del volcán, así que tendrás que tener paciencia.

-Ya no me queda más paciencia, Caleb –susurró Isis antes de dejarse caer en la silla donde había estado sentada.

-Dependiendo el mundo donde se encuentre es el tiempo que tenemos para encontrarlo, por eso es tan indispensable encontrar esa pista y saber en qué mundo está, porque en algunos mundos la próxima luna llena podría ser mañana o en una semana –explicó Helios mientras caminaba hacia el sillón al frente de la esfera de cristal.

-Entiendo, pero no se cual podría ser la pista –Dijo Isis al borde de las lagrimas, estaba enojada con ella misma al no encontrar algo tan simple como aquello.

Isis respiró profundo y contempló el paisaje dorado a través de la ventana, deseaba encontrar a Zane cuanto antes. Su desesperación la estaba haciendo actuar de manera tonta y si se dejaba dominar por aquel sentimiento solo conseguiría perjudicar más a Zane, debía pensar. Helios tenía razón, Zane debió haberle mostrado la clave para encontrar aquella casa, pero en esos momentos había estado tan encimada en sus sentimientos que había olvidado prestar atención en los detalles, respiró profundo y volvió a revisar sus recuerdos.

Recordó a Zane recostado en el alfeizar de la ventana, luego la vista de la ventana, ¡eso debía ser! La clave estaba en la vista de la ventana. Pero ya había descrito a Helios lo que veía y no había encontrado nada interesante en ello, lo único era el color de la casa. ¡Debía de haber algo más! Algo en lo que no hubiese puesto atención antes, pero qué era eso, no podía recordar, lo único eran las estancias de color blanco reluciente, el molino y el lejano contorno del palacio, sólo eso. Pero Helios no había encontrado nada que pudiese ayudar en la búsqueda, tal como había dicho había cientos de casas blancas y la mayoría de ellas estaban construidas a los alrededores del palacio del Aire, pero él no había mencionado… ¡el molino! ¡La señal era el molino!

-¡Había un molino! –Dijo Isis con una sonrisa en el rostro, había encontrado la pista que estaba buscando –al lado de la casa había un molino.

-¿Molino? –Preguntó Helios al momento que una sonrisa de medio lado se formaba en su rostro –eso sí que ayuda, niña, solo hay tres molinos en los alrededores del palacio del Aire –agregó mientras volvía a mover rápidamente sus manos haciendo que el mapa en el interior de la esfera de cristal también se moviera - ¿recuerdas de qué color era?

-Sí, era rojo –dijo segura Isis mientras su sonrisa se ensanchaba –estaba justo a la izquierda de la casa central.

-Eso nos deja con dos opciones, veamos… casas blancas… –mencionó Helios distraídamente mientras miraba con atención el interior de la esfera en la que apareció en su interior una casa de tres partes con un molino rojo al lado derecho.

-¡Es esa! –Exclamó Isis en cuanto contempló con atención la casa –estoy segura, Helios, esa es la casa de la visión.

-Pero el molino de esa casa está del lado derecho –Apuntó Caleb al fijarse en la imagen de la casa que recién había aparecido dentro de la esfera de cristal.

-Eso es porque Isis vio el molino desde dentro de la casa, lo que lo hace estar del lado izquierdo, pero vista de frente el molino esta del lado derecho –explicó Helios mirando con atención la casa de tres estancias blanco reluciente -¿Hay algo que te haga dudar de que es la casa, Isis?

-No, no hay nada, estoy segura que esa es la casa –Aseguró la castaña viendo a los ojos al Lord.

-Bien, esa casa queda a dos horas de aquí –dijo Helios mientras hacía girar la réplica de la casa en el interior de la esfera –será mejor que nos dividamos en dos grupos, serán de tres ya que Sefis y Myshel aun no regresan, cada grupo llegara por un lado distinto para evitar cualquier trampa.

Nadie dijo nada, Isis se limitó a hacer un gesto de aprobación con la cabeza, no le importaba como se dividirían los grupos, a ella le importaba partir de inmediato para encontrar a la pista que Zane les había dejado para poder rescatarlo cuanto antes. Un silencio se apoderó del lugar tan rápido que ni Helios mismo se dio cuenta de el hasta que los pasos de Caleb resonaron en la habitación.

-Divide los grupos, Helios –Mencionó Caleb mientras abría la puerta hacia el exterior –yo iré por los demás para poder salir lo antes posible de aquí.

-Me parece buena idea, Caleb –respondió Helios, segundos después la puerta se cerró a espaldas del elfo, Helios giró su vista hacia Isis –Tú iras con la humana y con Caleb, Kristal, el humano y yo seremos el otro grupo, de esa manera igualaremos fuerzas.

-Bien, pero marchemos ya –Dijo Isis con un deje de desesperación en la voz.

Helios sonrió –Eres valiente, Isis, pero esa valentía puede ser tú perdición, a veces el miedo es nuestro mejor aliado para salvarnos la vida, recuerda que vamos a terreno enemigo, así que tenemos que ir con calma.

Isis bajó la vista, Helios tenía razón, de nuevo se estaba dejando dominar por las emociones, tenía que saber controlarse, entonces lo comprendió, la noche en la que habían llegado a esa casa, Helios le había dicho a Isis que toda aventura tenía su propósito, toda aventura había sido escrita desde el inicio por el creador para darnos una enseñanza que sólo la experiencia podía dar y la enseñanza de este viaje era algo tan esencial: control.

Oyó pasos que se acercaban por el pasillo antes de que la puerta se abriera, Kristal estaba entrando con una jarilla de café en la mano, vio a Helios y luego a Isis antes de dejar la jarilla en una mesita que estaba en la esquina de la habitación donde Helios tenia colocados varios papeles.

-Encontré a Caleb en el camino hacia aquí, y me dijo que ya han encontrado el lugar donde Zane ha dejado la pista –dijo Kristal para después dejarse caer en un pequeño banco, ella también debía de estar agotada, había estado toda la noche despierta en la cocina pues había dicho que ellos eran los únicos capaces de resolver la visión aunque procuraba llegar frecuentemente al estudio para estar informada.

-Sí, ahora solo es cuestión de ir por ella –Dijo Helios sonriendo a la joven ángel.

…………………………….

-¿Cuánto falta para llegar? –Preguntó ansiosa April desde el Pegaso a la derecha de Isis.

-Falta muy poco, April –Contestó pacientemente Caleb por quinta vez en esa hora aunque no siempre era ella la que hacia esa pregunta.

Él sabía que las chicas tenían razón al estar desesperadas por llegar, después de todo iban hacia el lugar donde Zane había dejado una clave importante para resolver el enigma de su secuestro. Estaba un poco nervioso por saber lo que su primo había dejado para ellos y en cuanto vio la casa a lo lejos los nervios aumentaron, aunque ahora no sabía si era por encontrar una pista que no supieran descifrar, ó si era por el miedo de encontrar una trampa mortal.

Isis fue la primera en aterrizar en la suave superficie de la nube de la entrada de la casa principal, Caleb y April no tardaron en imitarla para luego desmontar de los Pegasos. Caleb se adelantó y abrió la puerta principal con cuidado, teniendo los sentidos totalmente alertas por si ocurría cualquier cosa, pero no pasó nada, la habitación donde Isis había hablado con Zane estaba de la misma manera como había estado en su visión: vacía. Los tres recorrieron cuarto por cuarto buscando alguna irregularidad pero sus esperanzas bajaron cuando encontraron cuatro de los cinco cuartos vacíos.

Isis fue la primera en entrar al quinto cuarto, giró los ojos por la habitación y lo único que encontró fue una maltrecha cama de madera con un sucio colchón, no había nada. Suspiró desconsolada y se sentó en el colchón, ¿A caso se había equivocado de casa?, sí debía de ser eso, porque esa casa estaba vacía, pero todo estaba igual a como lo había visto en la visión, lo único que faltaba era la pista. Pasó su mano distraídamente por el colchón y volvió e inhaló fuerte, el olor a polvo le hizo arrugar la nariz, tal vez la clave estuviese en alguna de las dos estancias. Estaba por ponerse de pie cuando su mano rozó algo húmedo, miró el lugar donde estaba apoyada su mano izquierda y vio pequeñas manchas de sangre élfica, estaba en el cuarto que debía de haber sido la prisión de Zane.

-¡Chicos encontré algo! –Gritó Isis a los demás, que no tardaron mucho en llegar a la habitación.

-¿Qué has encontrado? –Preguntó Caleb con una sonrisa en el rostro.

-Mira –le dijo Isis mostrándole sus manos llenas de pequeñas manchas de sangre élfica con una tranquilidad que le asustó por unos segundos –creo que es sangre de Zane, pero no me parece que haya alguna pista en esta habitación.

-Tal vez...debajo del colchón –Dijo April después de ver la habitación por unos segundos –bueno es donde yo suelo ocultar cosas que no me gustaría que vieran –agregó tímidamente al recibir la mirada de Isis y Caleb.

-Cuando regresemos a casa recuérdame registrar tu colchón, April –dijo Isis burlescamente para luego ponerse de pie y voltear el colchón con un ligero temblor de manos, lo que encontrara debajo de ese colchón, normaría la continuación de su búsqueda.

Los ojos de Isis se abrieron de sorpresa, en efecto, debajo del colchón estaba la pista que habían estado buscando. La clave para encontrar a Zane estaba tallada en la base de madera de la cama y justo al lado del escrito estaba un trozo de metal con el que había sido escrita la clave, esta decía:

Estaré en el mundo donde nuestra historia empezó
Porque es el lugar donde mi corazón fue atado
En un lugar donde el poder sagrado es espeso
El ritual que acabara el orden establecido será realizado

Cuando la luna llena este brillando en la noche de Samhain
Me encontraré en el último lugar donde moran los cuerpos vivos
Mi alma y sangre sellaran el pacto de un cuerpo perdido

-“El mundo donde nuestra historia empezó” –Leyó April lentamente -¿En qué mundo conociste a Zane? –preguntó luego.

-En el…mundo humano –susurró Isis distraídamente sin apartar su vista de la pista que había dejado Zane en ese lugar –pero ¿En qué parte de mi mundo?

-“En el último lugar donde moran los cuerpos vivos” –Dijo Caleb después de un suspiro.

-Pero no se qué lugar puede ser ese –respondió Isis, sus temores se estaban volviendo realidad, no sabía cómo descifrar la pista.

-Oye, Isis tranquila –La apoyó April mientras colocaba su mano en el hombro de la castaña en señal de comprensión – ¿“el último lugar donde moran los cuerpos vivos”? para mi ese sería el cementerio.

-¡Tienes Razón! –Exclamó Isis un poco más animada para luego seguir hablando con un tono más apagado y sarcástico –un cementerio en el mundo Humano, ¡hay cientos de cementerios en el mundo humano!

-Pero estoy seguro que no todos los cementerios humanos tienen un ambiente de maldad expreso –Dijo Caleb con su usual sonrisa en el rostro.

-¿Pero cómo encontrarlo? –preguntó Isis volteando a ver al elfo.

-Es sencillo, pero para eso necesitaremos la ayuda de Helios –aseguró Caleb para luego girar su vista hacia el trozo de metal depositado al final del escrito.

-Un trozo de metal –dijo Isis al seguir la mirada de Caleb –no es nada que pueda ayudarnos mi mundo esta lleno de metal –agregó para luego intentar tomar el trozo de metal.

-¡No lo toques! –Exclamó Caleb evitando así que la chica tomara el trozo de metal y volteara rápidamente a ver al joven elfo –ese no es cualquier metal, es el metal que utilizan los Shinigami para forjar sus armas, no debes tocarlo.

-¿Por qué no? –Preguntó curiosa April al ver el simple trozo de metal de filo rojizo sobre la madera.

-Porque ese metal está hecho para absorber las almas que lo toquen, en especial las de los humanos, pero las de los elfos les ponen cierta resistencia, aunque… una herida hecha por este metal en los elfos no se sana tan rápido como cualquier otra –informó él comenzando a caminar hacia la ventana –Helios y los demás ya están aquí, será mejor continuar esta plática cuando él mire la pista.