martes, 1 de junio de 2010

Vivir desde la Muerte



¿Qué es la vida? Sino para vivirla, para disfrutarla y realizar todas aquellas cosas que amas, y deseas, para apreciar lo que nos rodea y disfrutar la belleza de un rayo de sol, la tranquilidad de un amanecer y la fría contemplación del atardecer. En la vida cada suceso es único e irrepetible, ese regalo de los cielos es fugaz y resplandeciente cuando sea disfrutado y opaca para el que la ha dejado adormecer. Al ser niños vivimos con alegría e inocencia, amando las cosas simples y deseando besos y caricias, pero con el paso de los años la luz de lo superficialmente maravilloso nos ciega y hace que nuestra luz de vida pierda intensidad que nos volvamos insensibles y que creamos que la falta de emotividad es fortaleza. Con cada día que pasa dejamos de vivir y terminamos muertos en vida, con rostros hermosos y corazones podridos.

Las personas aprecian sus posesiones cuando las ven perdidas o cuando jamás las han tenido a su alcance, pero con la vida no se puede esperar a ese punto, porque todos hemos estado vivos, podemos codiciar la forma de vida ajena pero jamás el poder tener un corazón latiendo, sangre en las venas y alma en el pecho, porque nunca hemos carecido de ella, veo tanta desdicha y desolación por el no saber lo que es vivir, porque desde el silencio, las sombras y la muerte la vid toma sentido, entonces comprendes que para los vivos la idea de vivir les aterra, la inconsciencia de su propio ser es inmensa, como una bruma que les impide andar; pero para los muertos la idea de vivir para contemplar es arte. Nadie sabe que es luz sino ha vista la oscuridad.

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