martes, 26 de mayo de 2009

Vampiros


Vampiros

 

 Como escritora, mi nuevo proyecto es escribir un libro de vampiros, así que últimamente empecé a recopilar información de estos seres nocturnos y me topé con esta que en particular esta bastante completa que me gustaria compartir con ustedes. Si se les ocurré un buen nombre para un libro de vampiros avisenme ^_^.

Un vampiro es, según la cultura popular de varios países, una criatura que se alimenta de sangre de seres vivos para mantenerse activo.

Probablemente la figura del vampiro presente en el folclore de muchas culturas desde tiempos inmemoriales, proviene de la necesidad de representar uno de los arquetipos primordiales, según la concepción de Carl Jung, como “La sombra”; es decir los instintos ocultos y oscuros y así sería la encarnación del mal como entidad; pero posiblemente el mito básico conexo con esta figura es el de la sangre como fuente de poderío o vehículo del alma, combinado con el temor a la muerte, a la depredación, o la fascinación por la inmortalidad. Algunos estudiosos del vampirismo han sugerido que estas leyendas se hallan relacionadas total o parcialmente con casos de patologías reales como la rabia o la porfiria.

La figura del vampiro se encuentra a lo largo de los siglos no sólo en Europa, sino también en Asia, América y Oceanía. El miedo es una de las fuerzas más poderosas que mueve a las personas, y la experiencia del temor a lo misterioso y desconocido se encuentra profundamente presente en la cultura de todas las naciones del mundo. En esta experiencia, la figura del vampiro, con sus evocaciones antropofágicas de telúrica espiritualidad pagana, irresistible sexo salvaje, sangre caliente derramada y gélida autoridad, ocupa un lugar central. En palabras de Albert Einstein, “fue la experiencia del misterio combinada con el miedo lo que engendró la religión”. Pero también, siguiendo al famoso científico, “la experiencia más hermosa que se tiene a nuestro alcance es el misterio. Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y de la verdadera ciencia. El que no la conozca y no pueda ya admirarse, y no pueda ya asombrarse ni maravillarse, está como muerto y tiene los ojos nublados.”

La palabra “vampiro” viene de las lenguas eslavas (del alemán vampir, que se deriva del polaco temprano vaper y éste a su vez del eslavo arcaico oper; con raíces indoeuropeas paralelas en el turco y en el persa). Significa a la vez “ser volador”, “beber o chupar” y “lobo”, además de hacer referencia a cierto tipo de murciélago.

Otros nombres son: brucolaco en castellano, vurdalak (ruso moderno), vrolok (eslovaco), strigoï o strigoiul (rumano moderno), vampir o vukodlak (serbio), upiro (polaco), nosferatu (del griego nosophoro (νοσοφορος), portador de enfermedad) vampyrus (latín) y Kyuuketsuki (吸血鬼) o Kuei-jin en japonés.

La descripción de estas criaturas varía de autor en autor, de mitología en mitología. La mayoría de las ideas acerca de vampiros que forman parte de la cultura popular contemporánea quizás provengan de la novela Drácula de Bram Stoker, y las películas de cine basadas en ella, como Nosferatu y Drácula de Bram Stoker; pero en tiempos recientes las variaciones imaginadas por los autores de la nueva literatura sobre el tema y de los comics o de diseñadores de videojuegos, que incluso contradicen las características tradicionales, es posible primen en la cultura popular juvenil actual, dado el influjo publicitario de la industria que está detrás de estos medios.

Las siguientes son el conjunto de características que les han sido atribuidas, siendo importante resaltar que tan solo un par de éstas serían las esenciales y comunes en el folclore general, mientras que otras son parte de las creencias de ciertas regiones y otras son atributos originados en licencias literarias o necesidades dramáticas.

* Fueron humanos mortales, pero ahora están en un estado intermedio entre la vida y la muerte, de ahí que se les llame no-muertos.
* Se alimentan primordialmente de la sangre de sus víctimas aunque hay descripciones de que también consumen su carne. Antiguamente, en algunas culturas se consideraba que la sangre no era la base de su sustento, sino el “fluido vital” humano, algo tan etéreo como el alma, que en nuestra cultura se identifica con la sangre. Actualmente algunos autores denominan vampiros psíquicos o emocionales a los perpetradores de acoso laboral o “Moobing”.
* No se reflejan en los espejos. Esto no se cumple con el vrykolakas griego, que sí se refleja en ellos.
* Se pueden alejar con ajo, pues lo odian por su fuerte olor. En algunas tradiciones, también pueden ser alejados con rosas silvestres.
* Los vampiros por su naturaleza siniestra o demoniaca no soportan los símbolos cristianos y por ello pueden ser alejados usando una cruz cristiana o agua bendita.
* Son indestructibles por medios convencionales y son extremadamente fuertes y rápidos pero se debilitan junto a las corrientes de agua.
* Si se les da sangre de muertos se quedan por un momento paralizados, ya que les quita la fuerza y sus poderes.
* En cuanto al aspecto:

1. Poseen largos y puntiagudos caninos (colmillos) y su piel es muy pálida y fría.
2. Según algunas culturas, un muerto desenterrado era considerado vampiro si su cuerpo parecía hinchado y le salía sangre de la boca o la nariz. También si notaban que sus uñas, pelo y dientes eran más largos que cuando había sido enterrado.
3. En Transilvania (Rumanía) se consideraba que los vampiros eran flacos, pálidos, y poseían unas largas uñas.
4. En Bulgaria se les puede reconocer por poseer un solo agujero en la nariz.
5. Según algunas culturas, tienen la posibilidad de transformarse en insectos, murciélago, rata, lobo o niebla. Sin embargo, la forma que más referenciada ha quedado en la cultura popular es la del murciélago.

* Aunque en general se supone que la luz del sol mata a los vampiros, en algunas culturas los vampiros no solo pueden resistir la luz del sol, sino que en algunos casos se habla de vampiros que habían viajado a otro pueblo y llevaban una vida normal. En la novela de Bram Stoker, Drácula, el vampiro puede caminar bajo la luz del sol, si bien sus poderes se ven seriamente mermados durante el día.

* En algunas zonas de Centroeuropa, existe la creencia de que el vampiro es un ser lujurioso que vuelve al lecho conyugal y deja embarazada a su esposa. De esta relación nacía un niño de características especiales (que varían en cada región), que se conocía como dhampiro.
* Proyectan sombra, aunque la mueven a placer y según la acción que realicen. Algunos, sin embargo, no poseen dicha sombra.
* Algunos, sin sangre, pueden sufrir de amnesia por un momento.
* Tienen una afinidad natural con la magia, en especial con la magia negra y concretamente la necromancia, capaces de dominarla con mucha más facilidad que el hechicero humano más diestro.

La causas de que un humano se transforme en vampiro son muchas y muy variadas, dependiendo de cada región. Según las tradiciones eslava y china, se temía que un cadáver pudiera transformarse en no-muerto si pasaba por encima de él un animal, especialmente un perro o gato. También corría este riesgo un cuerpo que no hubiera sido debidamente tratado hirviéndolo en agua. En Rusia se decía que los vampiros eran brujas o personas que se habían rebelado contra la Iglesia mientras estaban vivos, vendiendo su alma al diablo.

Según casi todas las tradiciones, toda aquella persona que fuera mordida por un vampiro se convertiría a su vez en uno. Según historias más actuales, semejante transformación solo se consigue cumpliendo una condición específica, desde dar a beber de su sangre a la víctima, hasta que esta tenga un rasgo físico o psicológico en concreto.

Existen numerosos y variados rituales que se utilizaban para identificar a un vampiro. Uno de los métodos para localizar la tumba de uno consistía en guiar a un muchacho virgen montado en un caballo también virgen a través de un cementerio; el caballo se negaría a avanzar sobre la tumba en cuestión. Generalmente se requería que el caballo fuera negro, aunque en Albania era necesario que fuera blanco. Que aparecieran agujeros en la tierra sobre la tumba era tomado como un signo de vampirismo.

Se decía que un cadáver que se pensaba que era un vampiro poseía un aspecto más saludable de lo esperado, mostrando piel sonrosada y pocos o ningún signo de descomposición. En algunos casos, cuando se abrían las tumbas sospechosas, se podía encontrar que el cadáver tenía sangre fresca de una víctima manchando su cara. Otra evidencia de la actividad de un vampiro en la localidad incluía la muerte del ganado, de familiares y conocidos. Algunos podían hacer evidente su presencia mediante pequeños actos similares a los de un poltergeist, tales como mover muebles de la casa.

Prácticas preventivas . Existen muchos ritos tradicionales para evitar que un muerto se convirtiera en un vampiro. Enterrar al cuerpo cabeza abajo era una de las más extendidas, como también colocar hoces o guadañas cerca de la tumba, para evitar que los demonios poseyeran el cuerpo o para apaciguar al muerto y que este no se levantara de su ataúd. Es un método que se asemeja al usado en la Antigua Grecia de colocar un óbolo en la boca del muerto para pagar a Caronte. Esta tradición se ha mantenido en el folclore de la Grecia moderna sobre el vrykolakas, según el cual se pone una cruz de cera y una pieza de cerámica con la inscripción “Jesucristo conquista” sobre el pecho del cadáver para evitar que se convierta en vampiro. Otros métodos que se practicaban comúnmente en Europa incluían cortar los tendones de las rodillas, o esparcir semillas o arena en la tierra de una tumba sospechosa de contener a un vampiro; esto era para mantener al vampiro ocupado durante toda la noche contando los granos caídos. Historias chinas similares relatan que si un ser vampírico se encontraba con un saco de arroz, tendría que contar todos los granos uno a uno; es una temática que se puede encontrar en los relatos del subcontinente indio, así como en Sudamerica, sobre brujas y otros tipos de espíritus malignos o traviesos.

Talismanes y objetos protectores. Hay muchos objetos, sagrados o profanos, capaces de alejar a los no-muertos y que son comunes en las leyendas sobre vampiros, como el ajo o el agua bendita. Estos objetos varían de región en región; se dice que una rama de rosa silvestre o de espino puede dañar al vampiro; en Europa, esparcir semillas de mostaza en el tejado se decía que los mantiene alejados. Otras formas de protección incluyen objetos sagrados, por ejemplo un crucifijo, un rosario, o agua bendita. Se dice que un vampiro no puede caminar por un terreno consagrado, como iglesias o templos, o cruzar una corriente de agua.

Aunque no se considera como un objeto de protección, los espejos han sido utilizados para alejar a los vampiros cuando se situaban en una puerta, mirando hacia afuera (los vampiros no poseen un reflejo y, en algunas culturas, carecen de sombra, tal vez como una manifestación de la carencia de un alma del vampiro). Este atributo, aunque no es universal (el vampiro griego vrykolakas/tympanios poseía tanto sombra como reflejo), fue utilizado por Bram Stoker en Drácula y ha mantenido su popularidad gracias a las diferentes novelas y películas.

Algunas tradiciones sostienen que un vampiro no puede entrar en una casa hasta que es invitado por el dueño, pero que una vez es invitado puede entrar y salir a placer. Aunque los vampiros tradicionales se consideraban más activos durante la noche, generalmente no se consideraba que fueran vulnerables a la luz del sol.

Destrucción de un vampiro. Los métodos para la destrucción del vampiro variaban, siendo clavar una estaca el método más citado, particularmente en las culturas eslavas al sur. El fresno era la madera preferida en Rusia y en los estados bálticos, el espino en Serbia, y el roble en la región de Silesia. La estaca solía clavarse en el corazón de los cadáveres sospechosos de ser vampiros, aunque se apuntaba a la boca en Rusia y en el norte de Alemania, y al estómago en el noreste de Serbia. Atravesar la piel del pecho era una manera de “desinflar” al vampiro hinchado; es similar al acto de enterrar objetos afilados, como hoces, junto al cadáver, de forma que penetrara en la piel si el cuerpo se hinchaba lo suficiente mientras el cuerpo se transformaba en un no-muerto.

La decapitación era el método preferido en las áreas germanas y eslavas del oeste, enterrando la cabeza junto a los pies, tras las nalgas o alejada del cuerpo. Este acto se veía como un modo de acelerar la marcha del alma, que, en algunas culturas, se creía que permanecía en el cuerpo.

La cabeza, el cuerpo o las ropas del vampiro también podían ser clavadas al suelo para evitar que se alzara. Los gitanos clavaban agujas de hierro y acero en el corazón del cadáver y colocaban pequeños fragmentos de acero dentro de la boca, sobre los ojos, en las orejas y entre los dedos durante el entierro. También introducían espino en el calcetín del muerto, o le clavaban una estaca de espino en las piernas.

Medidas adicionales incluían rociar agua hirviendo sobre la tumba o la completa incineración del cadáver. En los Balcanes, el vampiro también podía morir si se le disparaba o ahogaba, repitiendo el funeral, rociando agua bendita sobre el cadáver, o con un exorcismo. En Rumanía se podía colocar un ajo en el interior de la boca, y en una época tan reciente como el siglo XIX, se tomaba la precaución de disparar una bala a través del ataúd. Para casos recalcitrantes, se desmembraba el cuerpo y se quemaban las partes, mezclándolas con agua y administrándoselas a los familiares a modo de cura. En las regiones sajonas de Alemania, se colocaba un limón en la boca del sospechoso de ser un vampiro.

Si bien existen sugerentes leyendas en todas las civilizaciones de la Antigüedad, desde Egipto a Sumeria, la primera referencia histórica del vampiro se encuentra en la obra de Lucio Apuleyo, un escritor y filósofo romano, que vivió entre los años 125 y 180. Su novela De Asino Aureo cuenta la historia de dos hermanas malignas, Meroe y Panthia, que bebieron la sangre de un tal Sócrates (ninguna relación con el gran filósofo griego). Las hermanas cerraron las heridas de Sócrates con una esponjilla para que éste no se diera cuenta de la pérdida de sangre, pero cuando al día siguiente se inclinó para beber agua de un río, la esponjilla se cayó al agua, y tras ella la última gota de vida.

El vampiro como muerto viviente bebedor de sangre ya era conocido en las leyendas de algunos países, siendo posible encontrar relatos en Inglaterra y Dinamarca durante el siglo XII que nos hablan de seres parecidos. Con el tiempo, y especialmente gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces, donde se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, fueron poco a poco desapareciendo. Pero años más tarde surgió una de las personas que más hizo para avivar estas creencias en el vampirismo, aunque su idea inicial era rebatir su existencia: el padre benedictino Dom Augustin Calmet (1672-1757). Calmet vulgarizó en el siglo XVIII las leyendas y fábulas de Centroeuropa sobre los vampiros, exponiendo en su obra Tratado sobre los vampiros (1746) las historias de estos seres en tierras de Austria, Hungría, Polonia, Serbia, Moravia, Silesia y Prusia, aunque también anotó casos de lugares tan distantes como Perú, Laponia o Inglaterra.

También han existido las leyendas de vampiros en España, como muestran las guaxas en Asturias, las guajonas en Cantabria y las meigas chuchonas en Galicia, todas ellas con un solo colmillo para succionar la sangre de sus víctimas, sobre todo niños.

En Mesopotamia se invocaba a los dioses protectores para que acabaran con los Utuhu y a los Maskin, seres muy similares a los vampiros que eran los culpables de las enfermedades y las pestes, por parte del pueblo. Estos seres junto con las huestes de Alal y Telal, pueden considerarse como antecesores de los vampiros.

En el Antiguo Egipto encontramos deidades vampíricas como Srun, caracterizada por tener aspecto de lobo y largos colmillos. Solían alimentarse de los cuerpos de sus víctimas humanas. Los fenicios tenían la creencia de que la mortandad de niños era debida a los ataques de Lilitu, espectro errante que se alimentaba de la sangre de los infantes. Se hicieron exorcismos para devolver a los chupasangres (también llamados chtonios, “amigos de la sangre”) a sus tumbas.

En la religion Judia estaba Lilith la primera mujer de Adàn.se decia que se alimentaba de la sangre de los niños no circundados

Kali Ma, en la India era una diosa sanguinaria y feroz, con cuatro brazos y una larga cabellera. Se le ofrecían sacrificios humanos en los que la sangre era el elemento principal. Otros seres eran los butchas.

En la antigua China se consideraba que se convertían en vampiros aquellos que habían cometido crímenes en vida. Cuando éstos morían, se les exhumaba y se les cortaban todos sus miembros a trozos.

En América, el pueblo amerindio Mapuche tiene entre sus creencias la existencia de un ser vampírico conocido como el Pihuychen que atacaría principalmente a animales, pero también a humanos. Igualmente creían en la existencia de una criatura vampírica acuática conocida como Trelke-wekufe (El cuero). Posteriormente ambos seres formarían también parte de la tradición chilena. También los Aztecas creían en un ser vampírico conocido como Civatateo que atacaba a los niños que después morían de una extraña enfermedad. También se dice que atacaba en las noches y especialmente en los cruces de caminos. También en la cultura Maya se creía que el guardian de Xibalba era un murciélago con rasgos humanos llamado Camazotz que decía arrancaba las cabezas de los extraños.

Ya en Europa, más concretamente en la antigua Grecia, existía en su mitología la leyenda de Lamia, que era hija del rey oriental Belus y cuyos hijos fueron asesinados por la diosa Hera al conocerse que Lamia tuvo un romance con Zeus. Para vengarse, Lamia comenzó a perseguir a todos los niños que se encontraba para extraerles la sangre para alimentarse. Esta leyenda se convirtió en superstición que se transmitía en las zonas rurales de Grecia y que contaba que Lamia atacaba a todos los viajeros extraviados, seducidos por la belleza de la “chupasangre”. Este caso es el más parecido a la concepción histórica de vampiro. También en la mitología griega se encuentra el caso de Empusa, hija de la diosa Hécate, un ser con pies de bronce y monstruoso que podía transformarse en una bella mujer y conquistaba a los hombres para aprovecharse de su sangre. Además en la Hélade existían en sus leyendas las striges, deidades con rostro de mujer y cuerpo de pájaro que absorbían la sangre de los humanos mientras estos dormían. También existía un ser llamado Vrycolaka, que atacaba a su familia después de muerto.

Los romanos tenían a los larvae, no-muertos que no habían pagado sus crímenes en vida, y se vengaban de su estado esquelético y fantasmal absorbiendo la vida de los vivos.

En la Edad Media, en los países de religión musulmana se hablaba de unos vampiros llamados gul, en el caso de ser varón, y gola siendo mujer, que se convertían en tales por haber tenido una muerte violenta. Estos seres tienen su aparición en uno de los relatos de Las mil y una noches llamado Honor de un Vampiro.

En la primera expedición de los vikingos hacia Islandia en diferentes grupos, ocurrió que en la primera noche allí, uno de los grupos (que se componían de una treintena cada uno) fue masacrado por una especie de vampiros que les absorbieron la sangre.

La palabra upier (también como en polaco significa vampiro) llegó a utilizarse por primera vez en Rusia en el año 1047 para referirse a un príncipe ruso.

En 1190 Walter Map escribe De Nagis Curialium, en donde escribe hechos ocurridos por ataques vampíricos en Inglaterra. También recoge casos ingleses William de Newburgh en sus Chronicles, en 1196.

Durante la Edad Media, las pulgas, que son también chupadoras de sangre, se consideraban un ser vampírico por su implicación a la hora de extender la Gran Peste Negra de 1348. De aquí surgieron varias referencias literarias sobre “el Señor de las Pulgas” y, por extensión, “el Señor de los Insectos” y “el Señor de las Moscas”. Los celtas enterraban a sus muertos boca abajo, para que entraran en el “otro mundo” mirando en la dirección correcta: hacia abajo. En Europa Oriental, era frecuente introducir un diente de ajo en la boca de los muertos antes de inhumarlos.

También en la Edad Media y en Cataluña se encuentra la historia del Conde Arnau de Mataplana. Este conde prometía una medida de trigo a todo aquel que le suministrara una medida de piedra para la construcción de su castillo. Una vez construido el mismo, Arnau no cumplió con lo dicho respecto a sus súbditos. La población en venganza avisó a las brujas del lugar para que realizara hechizos sobre el conde y estos se realizaron. El conde, no enterado de estas conjuras contra él, estaba enamorado de una abadesa del convento de San Juan de las Abadesas, a quien, después de haber sido rechazado, violó y secuestró para llevársela a su nuevo castillo. Era noche de difuntos. Cuando a la mañana siguiente fueron unos hombres a parlamentar con Arnau, se encontraron con la espantosa imagen del conde y la abadesa despedazados por lo que dijeron unos perros vampíricos. Se dijo que hasta el siglo XIX cada noche de difuntos el conde, la abadesa y la jauría de perros salían del más allá para chupar la sangre y despedazar a todo aquel que se encontraran por la noche en aquellos lares catalanes.

En Pratdip, existe la leyenda de que unos perros vampíricos atacaban a los habitantes de esta población, además de historias de conjuros y hechizos.

Otro vampiro en Cataluña, también en el Ampurdán, es el caso de Ugarés. Fue un hombre que vivió en un megalito y que fue poseído por espíritus malignos por extraños personajes venidos desde el Mar Caspio. Se dice que murió en el siglo X en una batalla, en la que sufrió un ataque de posesión que descargó contra sus enemigos. Luego en el siglo XV se construyó un castillo donde había sido enterrado, justo en el megalito en donde vivió. Durante las obras y luego ya construido hubo toda clase de desgracias, como enfermedades plagas y muertes extrañas. El que rigió el castillo también ha pasado a la historia con el nombre de Ugarés y se dedicó a realizar todo tipo de tropelías como asesinar niños y luego beberse la sangre de estos y comerse sus cuerpos (decían que le había poseído el espíritu del antiguo Ugarés). Todos los habitantes de la villa decían que nunca envejecía y que adivinaba el futuro. En 1427 hubo un terremoto en la zona y todos creyeron que Ugarés había muerto, pero en 1483 aparecieron de nuevo las epidemias y las desapariciones de personas y durante siglos la leyenda de los Ugarés pervivió.

En el siglo XV existió una familia vampírica que vivía en East Lothiam, Escocia. Primero fueron una pareja que ingerían la sangre y comían a los viajeros que se hospedaban en su casa. Luego sus hijos heredaron estas actuaciones de vampiros.

Existen personajes reales cuyas actividades han inspirado la figura del vampiro mítico en el folclore contemporáneo sobre todo el alimentado por la imaginación de los novelistas.

Vlad Draculea
También conocido como Vlad III o Vlad Tepes, es un noble héroe nacional rumano que en el siglo XV luchó contra la invasión de los otomanos, famoso por la fiereza y crueldad de sus métodos y es el personaje que inspiró la novela “Drácula” de Bram Stoker.

Draculea significa hijo de Dracul que a su vez significa el dragón y que era apodo del voivoda (príncipe) valaquio -la idea de que era transilvano es aportación de Bram Stoker- Vlad II Dracul, caballero de la Orden del Dragón, y padre de Vlad III, que es apodado Tepes (”Empalador” en rumano) por su método mas famoso para escarmentar a su enemigos. Debido a su capacidad para expulsar a los turcos de Valaquia, por lo cual vivió en constante estado de guerra durante 1431 y 1476, y liberar la comarca de la delincuencia, se le considera un héroe nacional en Rumania y el salvador de Europa pues Valaquia junto con la vecina Transilvania, constituyen la puerta meridional de Europa que todo invasor procedente de Asia, tenía que pasar obligatoriamente si intentaba conquistar por el sur las fértiles llanuras del continente europeo. Michel Beheim, un juglar germánico, compuso en 1463 una canción con el título Von ainem wutrich der hies Trakle waida von der Walachei donde relataba la historia de Vlad Draculea. Beheim era súbdito del rey húngaro Matías Corvino, en cuya corte se refugió Draculea cuando tuvo que huir de su natal Valaquia.

La leyenda siniestra de Draculea, pudo surgir como mínimo desde 1460, cuando sus enemigos en el exterior y en el interior estaban convencidos de que Vlad disponía de poderes necrománticos, pues sólo así podía explicarse su conducta, y pensaban que su reducido ejército diurno quedaba reforzado durante la noche por las cien mil almas de sus víctimas convertidas en raptores de niños y doncellas, chupadores de sangre, fantasmales guerreros de la oscuridad en busca de implacable venganza contra los vivos.

Condesa Elizabeth Bathory
Llamada la (La Condesa Sangrienta), inspiró a Joseph Thomas Sheridan Le Fanù para crear a su famosa vampiresa Carmilla (Condesa Mircalla Karnstein) en 1872.

Cuenta la historia que Elizabeth, perteneciente a la alta aristocracia húngara, vivió entre los siglos XV y XVI y era famosa en su época en toda Europa por su belleza. Después de quedar viuda en 1604, sola en su castillo, vanidosa en exceso y muy temerosa de perder su juventud y hermosura, se rodeó de brujas con las cuales se instruyó y practicó la magia negra, pero sobre todo considerando que la sangre de doncellas vírgenes la conservarían bella y lozana, sembró el terror en sus dominios, secuestrando y engañando a aproximadamente 650 jóvenes campesinas a quienes torturaba y desangraba para obtener sangre para sus baños o para beberla. El numero de sus crímenes llegó a extremos intolerables para el pueblo que terminó por exigir justicia al emperador Matias II y al parlamento o palatinado que iniciaron una investigación y juzgamiento.

Después de un proceso, que dejó al descubierto sus crímenes, terminado el 7 de enero de 1611, mientras su corte de brujas fue condenada a pena de muerte en la hoguera, Elizabeth, Señora de Cathrice, dada su condición aristocrática y la importancia política de su estirpe, solo fue condenada a cumplir cadena perpetua en sus aposentos que fueron sellados para siempre y en los cuales en agosto de 1614 uno de sus carceleros la encontró muerta.

Su leyenda no terminó allí, las gentes de sus tierras aseguraban entre susurros que la bella Condesa regresó de su muerte convertida en vampiresa, se transformaba en gato e invocaba gatos negros para lograr sus propósitos siguiendo así con su estela de asesinatos.

Henry Fitzroy
Este personaje histórico inspiró a la escritora Tanya Huff autora de La saga de Sangre (Blodd ties) convertida en serie de televisión, el personaje del mismo nombre, un vampiro “bueno” que escribe novelas y se convierte en detective.

El personaje verdadero fue hijo bastardo de Enrique VIII, nombrado I conde de Nottingham y duque de Richmond y Somerset, y murió a la edad temprana, aunque no para la época, de 17 años, posiblemente de tuberculosis y aunque su muerte no está esclarecida no hay referencias históricas a actividades criminales o a vampirismo.

Gilles de Rais
Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dio muerte a unos 300 niños durante 8 años hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado.

En el siglo XVIII y en el contexto de la Ilustración surgieron escritos críticos buscando desvirtuar el mito del vampiro. Voltaire dedica al tema, con su ironía característica, un aparte en su “Diccionario Filosófico” y Fray Benito Jerónimo Feijoo dedica igualmente con tono crítico al tema de “Vampiros y brucolacos” una de sus “Cartas eruditas y curiosas”(1774) a propósito del tratado escrito por un contemporáneo suyo, el fraile Augustin Calmet. Con el tiempo, diversos eruditos y científicos han tratado de explicar los orígenes del mito y explicar los fenómenos que lo componen a la luz de las ciencias exactas y sociales.

Unas de las más recientes y exitosas (2005) sagas sobre Vampiros adolescentes modernos es la escrita por Stephenie Meyer

En noviembre de 2008 se estrenó la película “Twilight” o Crepúsculo basada en la primera novela de la exitosa saga escrita por Stephenie Meyer.

* Televisión.

Con intención de entretener a un público preferentemente adolescente, ha destacado recientemente la serie Buffy, la cazavampiros, de la cual se desprendió un personaje secundario (Ángel), en una nueva serie con el mismo nombre que su protagonista.

La imagen, sobre todo lúdica, del vampiro está presente en la cultura contemporánea juvenil principalmente de dos maneras: como paradigma o referencia de ciertas subculturas o tribus urbanas como la Subcultura gótica y como personaje de los videojuegos y de los comics o de la literatura popular. Igualmente la imagen del vampiro, sobre todo la que popularizó Hollywood y que encarnó Bela Lugosi, es un ícono y disfraz infaltable en Halloween.

Noches de Baile en el Infierno

Cinco historias de amor y seducción sacudidas por lo sobrenatural. Vampiros exterminadores, ángeles contra demonios... todo tipo de seres fantásticos que se aliarán en este volumen para convertir los bailes de finde curso en algo... inolvidable.

Cada historia está escrita por una autora de best-sellers internacionales, En total han sido 6 los autoras las que han escrito este libro de unas 306 páginas; Stephenie Meyer, Meg Cabot, Kim Harrison, Michele Jaffe, Lauren Myracle

1.      “La hija de la exterminadora” de Meg Cabot

Ser exterminadora de vampiros conlleva muchos riesgos, sobre todo cuando eres mujer y puedes caer en sus redes…

2.      “El ramillete” de Lauren Myracle

Un ramillete… un maleficio… tres deseos… Cualquier cosa por conseguir al chico que quieres para ir al baile. Pero… ¡Tened cuidado con lo que se os ocurra desear!

3.      “Madison Avery y los carontes” de Kim Harrison

Todo parece arreglarse cuando en un aburrido baile descubres, detrás de una misteriosa máscara, el rostro del chico de tus sueños… Luego un accidente… ladrones de almas… ángeles… ¿de la guarda?

4.      “Verdades” de Michele Jaffe

Nada es lo que parece. Una conductora de limusinas y un difícil encargo: recoger en el aeropuerto a una niñata que sólo piensa en besar a todos los chicos con los que se cruza. Pero ¿quiénes son ellas realmente?

5.      “El infierno en la tierra” de Stephenie Meyer

Todo parece estar saliendo mal en el baile de fin de curso. Hay tropiezos, resbalones, vestidos que se rompen, parejas que discuten, el amor de tu vida se enrolla con otra persona… y alguien está a punto de disparar. ¿Tendrá algo que ver esa seductora mujer de rojo… con el olor a azufre?

Pongo esté libro porque hace poco se lo recomendé a una amiga que no tardo mucho en deborar cada uno de los relatos, de este libro aun no poseo el primer capítulo así que no podré dejarselos, pero si pueden conseguir el libro, se los recomiento en verdad cada uno de estos cuentos son fántasticos y emocionantes, mis favoritos son La hija de la exterminadora y El infierno en la Tierra.

Amanecer

Continuación de la saga de Crepusculo. 
El libro se divide en tres partes: 
1.Contada por Bella humana: Narra la boda y la luna de miel, desde el anuncio oficial del acontecimiento(a Charlie, René e invitados)hasta el viaje de novios a isla Esme (regalo de Carlisle a su esposa que Esme les cedió para pasar la Luna de miel). Edward cumple con su trato posterior a la boda, ya tras unos días Bella descubre que está embarazada. 
2.Contada por Jacob: todo lo que ocurre desde la perspectiva de Jacob Black, mejor amigo de Bella, sobre el embarazo de esta, la separación del clan quileute encabezado por Sam para proteger a Bella y la creación de una nueva manada con Seth y Leah Clearwater donde él asume la posición de `alfa`. Bella da a luz a una híbrida entre vampiro y humano a la que llama Renesmee, y que tras el parto la deja al borde de la muerte. 
3.Contada de nuevo por Bella: Bella es transformada en vampiro para salvar su vida y regenerar su cuerpo, ya que durante el parto se le rompieron muchos huesos y perdió mucha sangre. Nos cuentan la historia de los niños vampiros, convertida en un tabú y de su terminante prohibición. Irina, de clan más hermanado de los Cullen ve a Renesmee en el bosque y piensa precipitadamente que es una niña inmortal. Los Vulturis son avisados por Irina y planean matar a Renesmee y a los Cullen responsables del crimen. Así,los Cullen se ven obligados a reunir amigos vampiros de todo el mundo para servir de testigos y convencer a los Vulturis que Renesmee no es una niña vampira. 
4.Incluye también un índice de los clanes que se reúnen para apoyar a los Cullen frente a la amenaza de los Vulturis. 

Con este libro se cierra la saga de Vampiros Adolescentes de Stephenie Meyer. Es un libro bastante extenso pero no pierde la magia que caracterisa la lectura de Meyer, pero no por ser largo deja de ser fántastico, está historia no tuvo un mejor final que este y tengo por seguro que a todos les gustará tanto como a mí.

Capítulo I

1. COMPROMETIDA


Nadie te esta mirando, me prometí a mi misma. Nadie te esta mirando. Nadie te esta mirando.
Pero, porque no podía mentirme convincentemente ni siquiera a mi misma, tuve que echar un vistazo.
Como estaba sentada esperando por las tres luces del tráfico en el pueblo que se volvieran verdes, mire a
escondidas a la derecha -en su minivan, La Señora Weber dio vuelta completo su torso en mi dirección. Sus
ojos perforaron los míos y me estremecí, preguntándome por qué no bajaba su mirada o se veía avergonzada.
Todavía se consideraba rudo mirar fijamente a la gente, ¿no era así?, ¿ya no se aplicaba más eso a mí?
Entonces recordé que estas ventanas estaban recubiertas de un color tan oscuro que probablemente ella no
tenia idea si incluso yo estaba aquí, quedando claro eso alcance su mirada. Intente encontrar algún alivio
en el hecho de que no tenía la vista fija en mí realmente, sólo en el auto.
Mi auto. Suspiré.
Eche un vistazo a la izquierda y gemí. Dos peatones estaban tiesos en la acera, perdiendo su oportunidad
de cruzar mientras miraban fijamente.
Detrás de ellos, el Señor Marshall estaba embobado a través de la vidriera de su pequeña tienda de recuerdos.
Al menos no tenía la nariz pegada contra el vidrio. Todavía.
La luz se volvió verde y en mi apuro por escapar pisotee sobre el pedal del gas sin pensarlo - la forma normal
en la que hubiera golpeado a mi viejo monovolumen Chevy para que se moviera.
"¡Argh!" grite sofocada mientras buscaba a tientas el freno. Tranquilizándome, simplemente golpe de forma
ligera el pedal. De todas formas el auto se tambaleo hasta detenerse absolutamente.
No aguante mirar alrededor a la reacción. Si había habido alguna duda de quién estaba manejando este auto
antes, se había ido ahora. Con la punta de mi zapato, suavemente presione el pedal del gas hacia bajo un
milímetro y medio, y el auto se movió hacia adelante otra vez.
Conseguí alcanzar mi meta, la gasolinera. Si no hubiera estado funcionando ---No hubiera llegado al pueblo
del todo. Iba sin muchas cosas estos días, como Pop-Tarts (galletitas dulces) y cordones de zapatos. Para
evitar gastar tiempo en público.

Moviéndome como si fuera en una carrera, tuve la ventanilla abierta, la tapa del depósito de gasolina abajo,
la tarjeta escaneada y el inyector en el tanque dentro de segundos. Por supuesto, no había nada que pudiera
hacer para que los números en el marcador aceleraran el paso. Ellos hacían tic-tac perezosamente, casi como
si lo hicieran sólo para enojarme.
No estaba soleado - un típico día lluvioso en Forks, Washington - pero aún sentía como si un foco me
apuntara, atrayendo la atención al delicado anillo en mi mano izquierda. En momentos como este, percibiendo
los ojos en mi espalda, se sentía como si el anillo se estuviera moviendo rítmicamente como un aviso de
neón: Mírame, Mírame.
Era ridículo estar tan acomplejada y sabía eso. Además de mi papá y mamá, ¿realmente importaba lo que
la gente estuviera diciendo sobre mi compromiso?, ¿acerca de mi nuevo auto?, ¿acerca de mi misteriosa
aceptación en el Ivy League Collegue? ¿Acerca de la brillante tarjeta de crédito negra que centelleaba en mi
bolsillo de atrás ahora mismo?
"Sí, a quién le importa lo que piensen" Murmuré respirando bajo.
"Uhm, ¿señorita?" la voz de un hombre llamo.
Me di vuelta, y entonces desee no haberlo hecho.
Dos hombres estaban parados al lado de un lujoso todo terreno con flamantes kayaks atados en la parte
superior. Ninguno de ellos estaba mirándome, ambos miraban el auto.
Personalmente, no lo entendía. Apenas estaba orgullosa de poder distinguir los símbolos de Toyota, Ford
y Chevy. Este auto era negro brillante, elegante, y bonito, pero seguía siendo sólo un auto para mí.
"Lamento molestarla, pero ¿podría decirme qué tipo de auto esta manejando?" preguntó el alto.
"Uhm, un Mercedes, ¿si?"
"Sí," dijo el hombre cortésmente mientras su amigo de más baja estatura entorno sus ojos a mi respuesta.
"Lo sé. Pero me estaba preguntando... ¿esta manejando un Mercedes Guardián?" el hombre dijo el nombre
con reverencia. Tuve la sensación de que este tipo se llevaría bien con Edward, mi... mi prometido (no había
realmente vuelta que darle a esa verdad con la boda sólo a unos días) "Se supone que no están disponibles
en Europa todavía" el hombre continúo "y mucho menos aquí."
Mientras sus ojos examinaban los contornos de mi auto -no se veía muy diferente de otros Mercedes para
mi, pero ¿qué sabia yo? - Contemplaba brevemente mis problemas con palabras como prometido, boda, esposo,
etc.
Tan solo no podía ponerlas juntas en mi cabeza.
Por una parte, había sido criada para que se me pusieran los pelos de punta al simple pensamiento de
esponjosos vestidos blancos y ramilletes. Pero más que eso, tan sólo no podía conciliar un formal, respetable,
aburrido concepto como esposo con mi concepto de Edward. Era como moldear a un arcángel como un
contador público. No podía visualizarlo en ningún rol banal.
Como siempre, tan pronto comencé a pensar en Edward fui atrapada por un excitante revuelo de fantasías.
El extraño tuvo que aclarar su garganta para tener mi atención: todavía estaba esperando por una respuesta
acerca de la compañía que hizo el auto y el modelo.
"No lo sé" le dije honestamente.
"¿No le importa si me tomo una foto con él?"

Me tomo un segundo procesar eso. "¿En serio?, ¿quiere tomarse una foto con el auto?"
"Claro--nadie va a creerme si no tengo una prueba".
"Uhm. Okay. Bien."
Puse de lado rápidamente el inyector y me arrastre lentamente en el asiento delantero para esconderme
mientras el entusiasta extrajo de su bolso una gran cámara que se veía profesional. Él y su amigo hicieron
turnos posando por el capo, y entonces fueron a tomar fotos a la parte trasera.
"Extraño mi monovolumen" me queje.
Muy, muy conveniente -demasiado conveniente- que mi monovolumen haya dado su último respiro sólo
semanas después de que Edward y yo hayamos acordado nuestro anómalo compromiso, un detalle el cual
era que él tenia permitido reemplazar mi monovolumen cuando este pasara a mejor vida. Edward juro que
eso sólo era esperable, mi monovolumen había vivido bastante y entonces había expirado por causas naturales.
Según él. Y, por supuesto, yo no tenia forma de verificar su historia o tratar por mi misma de revivir mi
monovolumen. Mi mecánico favorito--- detuve ese frío pensamiento, negándome a terminarlo. En lugar de
eso, escuche la voz del hombre afuera, atenuada por las paredes del auto.
"... en el video online venían con un lanzador de fuego. Ni siquiera arrugo la pintura."
"Por supuesto que no. Puedes pasar un tanque sobre este nene. No hay mucho mercado para uno aquí.
Diseñado por diplomáticos del Medio Oriente, traficantes de armas, y los lideres que manejan drogas, en
su mayoría."
"¿Crees que ella es algo?" preguntó el de baja estatura en voz más suave. Agache mi cabeza.
"Huh," dijo el alto, "Quizás. No puedo imaginar para qué necesitas vidrios a prueba de misiles y dos toneladas
de armadura por aquí. Debe ser conducido en alguna parte más peligrosa."
Armadura. Dos toneladas de armadura. ¿Y vidrios a prueba de misiles? Genial. ¿Qué había pasado con el
buen pasado de moda antibalas?
Bueno, al menos esto hacia algún sentido --si tenias un retorcido sentido del humor.
No era como si no hubiera esperado que Edward se aprovechara de nuestro trato, para cargarlo de su lado
de modo que él pudiera dar más que recibir. Estuve de acuerdo en que podía reemplazar mi monovolumen
cuando necesitara ser reemplazado, no esperando que ese momento llegara tan luego, por supuesto. Cuando
fui forzada a admitir que mi monovolumen se había convertido en no más que un tributo de naturaleza
muerta a los clásicos Chevys en mí acera. Sabía que su idea del reemplazo iba probablemente a desconcertarme.
Hacerme foco de miradas y cuchicheos. Había estado de acuerdo en esa parte. Pero ni siquiera en mis más
oscuros pensamientos había previsto que él me daría dos autos.
El auto "anterior". Me dijo que era un auto prestado y que lo devolvería después de la boda. Todo esto no
tenía absolutamente ningún sentido para mí.
Hasta ahora.
Ja ja. Porque yo era tan frágilmente humana, tan propensa a los accidentes, tan victima de mi propia peligrosa
mala suerte, aparentemente necesitaba un resistente tanque como auto para mantenerme a salvo. Muy
divertido. Estaba segura que él y sus hermanos habían disfrutado un poco de la broma a mis espaldas.
O quizás, tan sólo quizás, una pequeña voz susurró en mi cabeza, no es una broma, tonta. Quizás él esta
realmente preocupado por ti. Esta no era la primera vez que él se volvía un poco exagerado tratando de

protegerme.
Suspiré.
No había visto el auto de "después" todavía. Estaba escondido bajo una sabana en el rincón más profundo
del garaje de los Cullen. Sabía que la mayoría de la gente habría mirado a hurtadillas hasta ahora, pero
realmente no quería saber.
Probablemente no había armadura en ese auto - porque no la necesitaría después de la luna de miel.
Virtualmente indestructible era una de las muchas ventajas que yo estaba buscando. La mejor parte acerca
de ser un Cullen no eran los autos caros ni las impresionantes tarjetas de créditos.
"Hey," llamó el hombre alto, poniendo sus manos en el vidrio en un esfuerzo por tratar de ver hacia dentro
"Ya estamos listos. ¡Muchas gracias!"
"De nada." contesté de vuelta, y entonces tensa mientras encendía el motor moví el pedal con cuidado -
siempre tan suavemente- hacia abajo...
No importa cuantas veces haya conducido el familiar camino hacia mi casa, aún no podía hacer que los
anuncios mojados por la lluvia se descoloraran en el fondo. Cada uno de ellos, sujetado con grapas a los
postes de teléfono y pegados en las señalizaciones de las calles, era un golpe frío en la cara. Un bien merecido
golpe en la cara. Mi mente fue absorbida en el pensamiento. Antes había sido interrumpido inmediatamente.
No podía evitarlo en este camino. No con fotografías de mi mecánico favorito pasando delante de mí a
intervalos regulares.
Mi mejor amigo. Mi Jacob.
Los carteles de ¿HA VISTO USTED A ESTE CHICO? no fueron la idea del padre de Jacob. Habían sido idea
de mi padre, Charlie, quien imprimió anuncios y los esparció por todo el pueblo. Y no sólo en Forks, sino
en Port Ángeles y Sequim y Hoquiam y Aberdeen y en cada pueblo de la Península Olímpica... Se había
asegurado que todas las estaciones de policía en el estado de Washington tuvieran el mismo anuncio colgado
en la pared, también. Su propia estación tenía un mural entero dedicado a encontrar a Jacob. El mural estaba
generalmente vacío, para su gran decepción y frustración.
Mi papá estaba decepcionado más que con la falta de respuestas, con Billy, el padre de Jacob --y el amigo
más cercano de Charlie.
Por Billy no estar más involucrado con la búsqueda de su "fugitivo de 16 años". Por Billy negándose a poner
anuncios en La Push, la reserva en la costa que era el hogar de Jacob. Por su aparente resignación a la
desaparición de Jacob, como si no hubiera nada que él pudiera hacer. Por decir "Jacob esta madurando ahora.
Él volverá a casa si quiere hacerlo."
Y estaba frustrado conmigo por irme al lado de Billy.
Yo no ponía carteles, tampoco. Porque ambos, Billy y yo, sabíamos donde estaba Jacob, más o menos, y
también sabíamos que nadie había visto a este chico.
Los anuncios situaron el usual gran y gordo nudo en mi garganta, las usuales escocidas lágrimas en mis
ojos, y estaba contenta de que Edward estuviera fuera cazando este domingo. Si Edward viera mi reacción,
sólo lo haría sentir terrible, también.
Por supuesto, había inconvenientes en que fuera domingo. Mientras me daba vuelta lenta y cuidadosamente
sobre mi calle, pude ver la patrulla de policía de mi papá en el camino de entrada de nuestra casa. Se había

saltado la pesca hoy otra vez. Aún enfurruñándose acerca de la boda.
Así que no pude ser capaz de usar el teléfono adentro. Pero tenía que llamar...
Me detuve en la acera detrás de la figura del Chevy y saque el celular que Edward me había dado por
emergencias de la guantera. Marqué, manteniendo mi dedo en el botón de "colgar" mientras el teléfono
sonaba. Por si acaso. "¿Hola?" Seth Clearwater respondió, y suspire de alivio. Yo era demasiado cobarde para
hablarle a su hermana mayor Leah. La frase "arráncame la cabeza con los dientes" no era totalmente en
sentido figurado cuando venía de Leah.
"Hey, Seth, es Bella."
"¡Oh hola, Bella! ¿Cómo estas?"
Atragantada. Desesperada por consuelo. "Bien."
"¿Llamando para ponerte al día?"
"Eres psíquico"
"Apenas. No soy Alice -tú sólo eres predecible," bromeo. Entre la manada Quileute allá abajo en La Push,
sólo Seth se sentía a gusto mencionando a los Cullen por su nombre, menos aún bromear acerca de cosas
como mi próxima cuñada casi sabe lo todo.
"Sé que lo soy". Vacile por un minuto. "¿cómo esta él?"
Seth suspiró. "Igual que siempre. No quiere hablar, aunque puede oírnos. Esta tratando de no pensar como
humano. Sólo yendo con sus instintos."
"¿Sabes donde esta ahora?"
"En alguna parte del norte de Canadá. No podría decirte qué provincia. Él no presta mucha atención a los
limites entre estados"
"Cualquier indirecta que él pudiera..."
"Él no va a volver a casa, Bella. Lo siento."
Tragué saliva. "Esta bien, Seth. Lo sabía antes de preguntar. Es sólo que no puedo evitar anhelarlo."
"Sí. Todos nos sentimos igual."
"Gracias por aguantarme, Seth. Sé que los otros deben estar haciéndotelo difícil."
"No son grandes admiradores tuyos" convino alegremente. "Una tontería, pienso. Jacob hizo sus elecciones,
tú las tuyas. A Jake no le gusta la actitud de ellos sobre esto. Por supuesto él no esta súper entusiasmado en
que lo estés inspeccionando, tampoco"
Me quede boquiabierta. "¿pensé que él no te hablaba?"
"No puede escondernos todo, por mucho que trate."
Así que Jacob sabia que estaba preocupada. No estaba segura de cómo sentirme acerca de eso. Bueno al
menos él sabía que no había saltado hacia el horizonte y lo había olvidado por completo. Puede ser que él
me haya imaginado capaz de eso.
"Supongo que te veré en la... boda." dije, forzando la palabra a través de mis dientes.
"Sí, yo y mi mamá estaremos ahí. Fue genial de tu parte que nos preguntaras."
Sonreí al entusiasmo en su voz. Aunque invitar a los Clearwaters había sido idea de Edward, estaba contenta

de que hubiera pensado en eso. Tener a Seth iba a ser bueno --un vínculo, no obstante poco convincente, a
mi padrino de boda perdido.
"Dile a Edward que le mando saludos, ¿si?"
"Seguro"
Agité mi cabeza. La amistad que había surgido entre Edward y Seth era algo que aún aturdía mi mente.
Aunque era una prueba de que las cosas no habían tenido que ser de esta manera. Los licántropos y vampiros
podían llevarse bien, muchas gracias, si tuvieran la voluntad de hacerlo.
No a todos les gustaba esa idea.
"Ah," dijo Seth, su voz se quebró una octava. "Er, llegó Leah."
"¡Oh, adiós!"
La llamada se corto. Deje el teléfono sobre el asiento y me prepare mentalmente para entrar a la casa, donde
Charlie estaría esperando.
Mi pobre padre tenia tanto con que lidiar en estos momentos.
Jacob-el-fugitivo era solo uno de los tantos problemas que tenia que aguantar en su sobrecargada espalda.
Estaba más o menos preocupado por mi, su apenas-una-adulta-legal hija quién estaba a punto de ser Señora
en sólo unos pocos días más.
Caminé lentamente a través de la ligera lluvia, recordando la noche que le contamos...
Así como el sonido del auto de Charlie anunciaba su regreso, el anillo de repente pesaba cincuenta kilos en
mi dedo. Quería meter mi mano izquierda en el bolsillo, o quizás sentarme arriba de ella,
“Deja de moverte nerviosamente, Bella. Por favor trata de recordar que no estas confesando un asesinato
aquí.”
“¡Es fácil decirlo para ti!”
Escuché el siniestro, fuerte y bullicioso sonido de las botas de mi padre chocar contra el pavimento. Las
llaves sonaban en la puerta ya abierta. El sonido me recordó a esas partes de las películas cuando las victimas
se dan cuenta que olvidaron cerrar el pestillo…
“Cálmate Bella”, Edward susurró, escuchando la aceleración de mi corazón. La puerta golpeó contra la
pared, y me estremecí como si hubiera sido atacada con un arma de electrochoque.
“Hola, Charlie,” Edward lo saludó totalmente relajado.
“¡NO!” pité bajo mi respiración
“¿Qué?” Edward susurró de vuelta.
“¡Espera a que cuelgue su pistola!”
Edward soltó una risita entre dientes y pasó la mano por su despeinado cabello bronce.
Charlie salió de la esquina, aún en su uniforme, aún armado, y tratando de no poner caritas cuando nos ha
espiado sentados en el sofá de dos plazas. Últimamente, se ha esforzado mucho para que Edward le agradara
más. Por supuesto, esa revelación de seguro estaba por acabarse inmediatamente.

“Hola, chicos. ¿Qué pasa?”
“Nos gustaría hablar contigo,” dijo Edward. “Tenemos buenas noticias.”
La expresión de Charlie pasó en un segundo de tensa amabilidad a oscura sospecha.
“¿Buenas noticias?” gruñó Charlie, mirándome fijamente.
“Toma asiento, Papá.”
Levantó una ceja, me miró por cinco segundos, entonces con paso ruidoso se sentó en la orilla del reclinador,
su espalda estaba recta.
“No te exaltes, Papá”, después de un momento de silencio se lo dije.
“Todo este bien.”
Edward hizo una mueca, y supe que había una objeción en la palabra “Esta bien”. Él probablemente habría
usado algo parecido a “maravilloso” o “perfecto” o “glorioso”.
“Seguro Bella, seguro que sí. Si todo es tan genial entonces ¿Por qué estas tan nerviosa?”
“No estoy nerviosa,” mentí.
Me ladeé lejos de su feroz ceño fruncido, avergonzada hacia Edward, e instintivamente limpié mi frente con
mi mano derecha para remover la evidencia.
“¡Estas embarazada!”. Charlie explotó “¿Estas embarazada, no es cierto?”
Pensando que la pregunta estaba dirigida a mi, él estaba mirando a Edward, y puedo jurar que vi su mano
dirigirse a su pistola.
“¡No! ¡Por supuesto que no lo estoy!” Quise darle un codazo en la costilla a Edward, pero sabia que ese
movida sólo me podría proporcionar un moretón.
¡Le había dicho a Edward que la gente probablemente sacaría esa conclusión! ¿Qué otra razón posible habría
para que personas cuerdas se casaran a los dieciocho años?
(Su respuesta hizo que mis ojos giraran. Amor. Claro.)
La mirada llena de ira de Charlie se aclaró. Usualmente cuando estaba diciendo la verdad mi cara lo dejaba
bastante claro, y el ahora me creía.
“Oh, lo siento”
“Disculpa aceptada”.
Hubo una larga pausa. Después de un momento me di cuenta que todos estaban esperando a que dijera algo.
Miré aterrada a Edward. No había manera de que me salieran las palabras. Me sonrió y entonces dobló sus
hombros hacia mi padre.
“Charlie, me he dado cuenta de que no he hecho esto en orden. Tradicionalmente, debería haberte preguntando
primero. No quise faltarte el respeto, pero como Bella ya ha dicho que sí y no quiero empequeñecer su
decisión en este asunto, en vez de pedirte a ti su mano, estoy pidiendo tu bendición. Nos vamos a casar,
Charlie. La amo más que nada en este mundo, más que a mi vida, y por un extraño milagro ella me ama de
esa forma también. ¿Nos darías tu bendición?”.

Sonaba tan seguro, tan calmado. Por un instante, escuchando la absoluta confianza en su voz, experimenté
un raro momento de entendimiento. Podía ver, fugazmente la manera que el mundo se veía para él. En lo
que duraba un latido del corazón, esta noticia hacia perfectamente sentido.
Y entonces capté la mirada de la expresión de la cara de Charlie, ahora sus ojos estaban mirando el anillo.
Aguanté la respiración mientras que su piel cambiaba de color, un aceptable rojo, de rojo a violeta, me
comencé a parar, no estaba segura que tenia planeado hacer; tal vez utilizar la maniobra Heimlich.
De seguro él no estaba ahogado, pero Edward apretó mi mano y murmuró “Dale un minuto” tan bajo que
sólo yo pude escuchar.
El silencio fue mucho mas largo esta vez. Entonces gradualmente, matiz a matiz, el color de Charlie volvió
a la normalidad. Sus labios estaban apretados, y sus cejas estaban arrugadas; reconocí su expresión de
“pensamiento profundo”. Nos estudió con la mirada a los dos por un largo momento, y sentí a Edward
relajarse a mi lado.
“Supongo que no estoy tan sorprendido”, se quejó Charlie. “Sabia que tendría que lidiar con esto tarde o
temprano”.
Suspiré.
“¿Estas segura de esto?” demandó Charlie mirándome.
“Estoy cien por ciento segura de Edward”, le dije sin titubear.
“Contrayendo matrimonio, ¿aunque? ¿Cuál es el apuro?” Me miro sospechosamente otra vez.
El apuro era debido al hecho de que me estaba acercando cada vez más a los diecinueve años todos los
apestosos días, mientras que Edward estaba congelado en sus diecisiete años de perfección. No es ese el
hecho de que en mi libro este asociado al casamiento, pero el matrimonio era requerido debido al delicado
y enredado compromiso que Edward y yo habíamos hecho para llegar a este punto, al borde de cualquier
transformación de mortal a inmortal.
Estas no eran cosas que podía explicarle a Charlie.
“Nos vamos juntos a Darthmouth en el otoño, Charlie,” Edward le recordó. “Me gustaría hacerlo, bueno,
de la manera correcta. Es como fui criado”. Dijo encogiendo sus hombros.
No estaba exagerando exactamente; ellos habían sido grandes moralistas pasados de moda en la Primera
Guerra Mundial.
La boca de Charlie estaba torcida de un lado. Mirando por algún ángulo para rebatir. Pero ¿Que podía decir?
¿Prefiero que vivas en pecado primero? Era un papá; sus manos estaban entrelazadas.
“Sabia que venia esto” dijo para si mismo frunciendo el ceño. Entonces de repente, su cara pasó perfectamente
a suave y en blanco.
“¿Papá?” pregunté ansiosa. Miré a Edward, pero no pude leer su cara, tampoco cuando miraba a Charlie.
“¡Ja!” Charlie explotó. Salté en mi asiento. “¡Ja, ja, ja!”
Miré sin creer como Charlie se doblaba de la risa, todo su cuerpo se sacudía.

Miré a Edward por una traducción, pero Edward tenia sus labios juntos, tensamente presionados, como si
estuviera tratando de contener una carcajada.
“Ok, esta bien” dijo ahogado. “Cásense”. Otro ataque de risa lo sacudió.
“Pero…”
“¿Pero qué?” demandé.
“¡Pero tú tienes que decirle a tu madre! ¡No le diré ni una palabra a Renée! ¡Eso es todo tuyo!” estalló en
carcajadas de la risa.
Paré con mi mano en la manilla, sonriendo. Seguro, en ese momento, sus palabras me aterrorizaron.
La Ultima Condena: decirle a Renée. Un matrimonio a temprana edad estaba en lo más alto de su lista negra,
más que hervir vivos a pequeños cachorritos.
¿Quién podría haber previsto su respuesta? Yo no. Charlie ciertamente no. Quizás Alice, pero no pensé en
preguntarle
“Bueno: Bella,” dijo Renée después de haberme atragantado y tartamudeado con las palabras imposibles:
Mamá, me caso con Edward. “Estoy un poco ofendida que hayas esperado tanto para decirme. Los pasajes
de avión cada vez se ponen más caros. Oohh, se inquietó, “¿Crees que Phill no tendrá yeso para entonces?”
Arruinaría las fotos si no esta con traje.”
“Espera un segundo, Mamá.” dije boquiabierta. ¿A que te refieres con que esperé tanto? Recién me comp…”
No podía forzar a salir la palabra comprometida “las cosas se fijaron, tú sabes, hoy”.
"¿Hoy día? ¿En serio? Eso es una sorpresa. Asumí…”
“¿Qué asumiste? ¿Cuándo lo asumiste?”
“Bueno, cuando viniste a visitarme en Abril, se veía como si todo estuviera arreglado, si sabes a lo que me
refiero. No eres muy difícil de leer, cariño. Pero no dije nada por que sé que no habría hecho nada de bien.
Eres exactamente como Charlie”. Suspiró, resignada. “Una vez que decides algo, no hay forma de razonar
contigo. Por supuesto, exactamente como Charlie, te apegas a tus decisiones, también.”
“No estas cometiendo mis errores, Bella. Suenas como si estuvieras muerta de miedo, y creo que es porque
tenias miedo de mi”. Soltó una risita tonta. “De que voy a creer, y sé que he dicho mucho sobre el matrimonio
y otras estupideces, no estoy retractándome, pero necesitas darte cuenta de que esas cosas específicamente
se aplican a mi. Tú eres una persona completamente distinta a mí. Tú cometes tus propios errores, y estoy
segura que tendrás tu parte correspondiente de arrepentimientos en tu vida. Pero el compromiso nunca fue
tu problema, cariño. Tienes mejores opciones para hacer que esto funcione, mucho mas que gente de
cuarenta años que conozco”. Renée se reía otra vez.” Mi pequeña hija de mediana edad. Por suerte, al parecer
haz encontrado otra alma vieja.”
“¿No estas enojada?” “¿No crees que estoy cometiendo un gran error?”
“Bueno, de seguro desearía que esperaras unos cuantos años más. Me refiero a que, ¿te parezco lo
suficientemente vieja para ser suegra? No contestes eso. Pero no sobre mí. Es sobre ti. ¿Eres feliz?"

“No lo sé. Estoy teniendo una experiencia extrasensorial ahora mismo.”
Renée soltó una risa suave. “¿Él te hace feliz, Bella?”
“Sí, pero-”
“¿Pero qué?”
“Pero no dirás que suena exactamente ¿como cualquier otra encaprichada adolescente como en la antigüedad?”
“Nunca has sido una adolescente, cariño. Sabes lo que es mejor para ti”.
En las últimas semanas, inesperablemente, Renée se vio inmersa en los planes de la boda. Pasa horas todos
los días al teléfono con la madre de Edward, Esme, no hay preocupaciones en que las suegras se lleven bien.
Renée adora a Esme, pero entonces, dudo que alguien pueda evitar reaccionar de esa manera a hacia mi más
adorable suegra.
En seguida me dejó descolocada. La familia de Edward y mi familia, juntos estaban a cargo de los preparativos
sin dejarme hacer, saber o pensar mucho sobre ello.
Charlie estaba furioso, por supuesto, pero la parte más dulce fue que no estaba enojado conmigo. Renée era
la traidora. El contaba con que ella fuera la difícil. ¿Que podía él hacer ahora, cuando la última amenaza –
decirle a Mamá – había resultado completamente en vano? No tenía nada, y lo sabia. Entonces lloriqueaba
alrededor de la casa, murmurando que ya no podía confiar en nadie en este mundo…
“¿Papá?” lo llamé cuando abrí la puerta de la calle. “Estoy en casa.”
“Espera, Bella, quédate ahí.”
“¿Ah?" pregunté, parando automáticamente.
“Dame un segundo, Ouch, lo hiciste, Alice.”
¿Alice?
“Lo siento, Charlie,” La vibrante voz de Alice respondió, ¿Cómo es eso?
“Estoy sangrando.”
“Estás bien. No pase la piel" – confía en mi.
"¿Qué esta pasando?" demandé, dubitativa en la puerta de entrada.
“Treinta segundos, por favor, Bella,” me dijo Alice. “Tu paciencia será recompensada.”
“Hhmm” añadió Charlie.
Golpeé con mi pie en el suelo, contando cada segundo. Antes de entrar a la sala de estar.
“Oh” exhalé. “Aw. Papá. ¿No te ves –"
"¿Tonto?" interrumpió Charlie.
“Estaba pensando en 'elegante'”
Charlie se sonrojó. Alice tomó su codo y tiró de la manga, lo dio vuelta en circulo para exhibir el traje de
color gris pálido.
“Ahora sácame esto, Alice. Me veo como un idiota.”
"Nadie que ha sido vestido por mi se ve como un idiota."

“Tiene razón, Papá. ¡Te ves fantástico! ¿Cuál es la ocasión?“
Alice giró sus ojos. “Es la prueba de talle final. Para ambos. “
Despegué la mirada del inusualmente elegante Charlie y por primera vez vi el la temida bolsa blanca de ropa
recostada cuidadosamente a través del sofá.
“Aahh"
“Ve a tu lugar feliz, Bella. No nos tomará mucho“
Respiré hondo y cerré mis ojos. Manteniéndolos cerrados, me tropecé dirigiéndome hacia las escaleras a
mi habitación. Me desnudé hasta quedar en mi ropa interior y mantuve los brazos arriba sin rodeos.
“Creíste que estaba metiendo astillas de bambú bajo tus uñas,” Alice murmuró para si misma cuando me
seguía.
No le presté atención. Estaba en mi lugar feliz.
En mi lugar feliz, toda la confusión de la boda se terminaba y listo, quedaba atrás. Reprimida y olvidada.
Estábamos solos, sólo Edward y yo. El entorno era confuso y estaba constantemente en flujo – cambiaba de
un brumoso bosque a una ciudad cubierta de nubes a una noche ártica – por que Edward estaba guardando
en secreto el lugar de nuestra Luna de miel para sorprenderme. Pero no estaba particularmente preocupada
acerca de dónde.
Edward y yo estábamos juntos, había cumplido mi parte del compromiso perfectamente. Me casaría con él.
Ese era el mayor. Pero también había aceptado todos sus exorbitantes regalos y estaba inscrita, aunque
inútilmente, para asistir a la escuela de Darmouth en el otoño. Ahora era su turno.
Antes de que me transformara en vampiro – su gran compromiso – él tenía otra condición que cumplir.
Edward tenía una obsesiva preocupación acerca de las cosas humanas a las que estaba renunciando, las
experiencias que no quería que me perdiera. Pero había sólo una experiencia en la que yo insistía. Por
supuesto era la que él habría deseado que olvidara por completo.
Así era la cosa, difícil. Sabía como seria cuando todo se acabara. He visto vampiros neófitos de primera
mano, y he escuchado las historias de mi pronto a ser familia sobre los salvajes primeros días. Por varios
años, mi mayor rasgo de personalidad será estar sedienta. Tomaría tiempo volver a ser yo otra vez. Y aún
cuando estuviera en control de mi misma, nunca volvería a sentir de la misma forma que me siento ahora.
Humana… y apasionadamente enamorada.
Quería la experiencia completa antes de haber intercambiado mi calidez, frágil, un cuerpo plagado de
feromonas por algo hermoso, fuerte y desconocido. Quería una Luna de miel real con Edward, y a pesar del
miedo que sentía al peligro en que me colocaría, él aceptó intentarlo.
Estaba vagamente consciente de Alice y el suave roce de satín en mi piel. No me importaba por el momento
que el pueblo entero hablara de mí. No pensaba en el espectáculo que tendría que protagonizar muy pronto.

No me preocupaba de tropezarme con mi cola o de reírme en el momento equivocado o de ser muy joven o de la audiencia mirando o incluso del asiento vació donde mi mejor amigo debería estar.
Estaba con Edward en mi lugar feliz.