domingo, 21 de febrero de 2010

Book II, Capítulo XII, La Señal de un Molino

“La carga del liderazgo consiste
En ser responsables del bienestar
De aquellos que dependen de ti”
Chistopher Paolini
Capítulo XII
La Señal de un Molino
Isis giró por decima vez la taza de café que sostenía en sus manos, estaba exhausta, no había dormido nada en toda la noche, pero estaba segura que aunque no hubiera estado hablando con Helios y Caleb no hubiera podido dormir en toda la noche por la preocupación que sentía por Zane.

Los rayos del naciente sol se colaban por la ventana en donde ella tenía recostada la cabeza tratando de enfriar con el cristal la reciente jaqueca que la afectaba. Había narrado ya innumerables veces la nueva visión de Zane y eso la empezaba a hartar.

-Una vez más por favor –pidió Helios que estaba sentado en un mullido sillón con una mesa al frente en donde descansaba la esfera de cristal con el mapa tridimensional girando al compás de los movimientos manuales de él.

Isis repitió monótonamente la narración de su visión tratando de no omitir ninguna parte, estaba cansada pero a la vez emocionada por encontrar el lugar en donde Zane había estado cautivo. Al principio había estado desesperada por ponerse en movimiento y encontrar a Zane, quería salir inmediatamente de aquella casa flotante, volando en un Pegaso y buscar a diestra y siniestra a Zane costara lo que costara, pero después se había dado cuenta de su error, no podía actuar tan infantilmente, primero tenía que saber la ubicación del lugar y después planear una estrategia de búsqueda, sabía bien que en esta ocasión Zane debía de haber escondido muy bien las pistas.

-No logro encontrar la casa que describes –dijo Helios mientras movía sus manos de manera circular –el problema se basa que la mayoría de casas de este mundo son como la casa que viste, que sea blanca disminuye nuestra opciones en un 10% pero es lo único, muchos en este mundo viven construyendo casas para luego desocuparlas y mudarse a otras así que debe de haber un promedio de 25% de casas vacías, eso no nos deja muy pocas oportunidades. Debe de haber algo más que nos haga encontrar esa casa.

-No recuerdo nada más –susurró Isis contra el frío cristal –pero me gustaría hacerlo, deseo encontrar a Zane con toda mi alma.

-Entonces recuerda –le dijo Helios poniéndose de pie y caminando hacia ella –Estoy seguro que Zane debió mostrarte la clave para encontrar ese lugar.

-¡Pero ya te he contado todo lo que vi! -Exclamó desesperada Isis poniéndose de pie de repente –tenemos que encontrarlo pronto, ¡Él se está muriendo!

-No podemos hacer nada más que esto para poder encontrarlo –Explicó Helios mientras se frotaba las sienes. Sabía que aquella chica tenía razón al estar tan preocupada, después de todo, la vida que estaba en juego era la de su verdadero amor, pero para poder salvarlo primero debían encontrar la pista que él les había dejado, con ella podrían deducir en qué mundo se hallaba y eso les facilitaría la búsqueda, lo difícil era que ahora tenían un límite de tiempo, la próxima noche de luna llena.

-Tranquilízate, Isis, no ganas nada al enojarte –le dijo Caleb a la chica –solo tratamos de encontrar el lugar con total certeza. La visión que te mostró mi primo esta vez no es tan fácil de encontrar como la del volcán, así que tendrás que tener paciencia.

-Ya no me queda más paciencia, Caleb –susurró Isis antes de dejarse caer en la silla donde había estado sentada.

-Dependiendo el mundo donde se encuentre es el tiempo que tenemos para encontrarlo, por eso es tan indispensable encontrar esa pista y saber en qué mundo está, porque en algunos mundos la próxima luna llena podría ser mañana o en una semana –explicó Helios mientras caminaba hacia el sillón al frente de la esfera de cristal.

-Entiendo, pero no se cual podría ser la pista –Dijo Isis al borde de las lagrimas, estaba enojada con ella misma al no encontrar algo tan simple como aquello.

Isis respiró profundo y contempló el paisaje dorado a través de la ventana, deseaba encontrar a Zane cuanto antes. Su desesperación la estaba haciendo actuar de manera tonta y si se dejaba dominar por aquel sentimiento solo conseguiría perjudicar más a Zane, debía pensar. Helios tenía razón, Zane debió haberle mostrado la clave para encontrar aquella casa, pero en esos momentos había estado tan encimada en sus sentimientos que había olvidado prestar atención en los detalles, respiró profundo y volvió a revisar sus recuerdos.

Recordó a Zane recostado en el alfeizar de la ventana, luego la vista de la ventana, ¡eso debía ser! La clave estaba en la vista de la ventana. Pero ya había descrito a Helios lo que veía y no había encontrado nada interesante en ello, lo único era el color de la casa. ¡Debía de haber algo más! Algo en lo que no hubiese puesto atención antes, pero qué era eso, no podía recordar, lo único eran las estancias de color blanco reluciente, el molino y el lejano contorno del palacio, sólo eso. Pero Helios no había encontrado nada que pudiese ayudar en la búsqueda, tal como había dicho había cientos de casas blancas y la mayoría de ellas estaban construidas a los alrededores del palacio del Aire, pero él no había mencionado… ¡el molino! ¡La señal era el molino!

-¡Había un molino! –Dijo Isis con una sonrisa en el rostro, había encontrado la pista que estaba buscando –al lado de la casa había un molino.

-¿Molino? –Preguntó Helios al momento que una sonrisa de medio lado se formaba en su rostro –eso sí que ayuda, niña, solo hay tres molinos en los alrededores del palacio del Aire –agregó mientras volvía a mover rápidamente sus manos haciendo que el mapa en el interior de la esfera de cristal también se moviera - ¿recuerdas de qué color era?

-Sí, era rojo –dijo segura Isis mientras su sonrisa se ensanchaba –estaba justo a la izquierda de la casa central.

-Eso nos deja con dos opciones, veamos… casas blancas… –mencionó Helios distraídamente mientras miraba con atención el interior de la esfera en la que apareció en su interior una casa de tres partes con un molino rojo al lado derecho.

-¡Es esa! –Exclamó Isis en cuanto contempló con atención la casa –estoy segura, Helios, esa es la casa de la visión.

-Pero el molino de esa casa está del lado derecho –Apuntó Caleb al fijarse en la imagen de la casa que recién había aparecido dentro de la esfera de cristal.

-Eso es porque Isis vio el molino desde dentro de la casa, lo que lo hace estar del lado izquierdo, pero vista de frente el molino esta del lado derecho –explicó Helios mirando con atención la casa de tres estancias blanco reluciente -¿Hay algo que te haga dudar de que es la casa, Isis?

-No, no hay nada, estoy segura que esa es la casa –Aseguró la castaña viendo a los ojos al Lord.

-Bien, esa casa queda a dos horas de aquí –dijo Helios mientras hacía girar la réplica de la casa en el interior de la esfera –será mejor que nos dividamos en dos grupos, serán de tres ya que Sefis y Myshel aun no regresan, cada grupo llegara por un lado distinto para evitar cualquier trampa.

Nadie dijo nada, Isis se limitó a hacer un gesto de aprobación con la cabeza, no le importaba como se dividirían los grupos, a ella le importaba partir de inmediato para encontrar a la pista que Zane les había dejado para poder rescatarlo cuanto antes. Un silencio se apoderó del lugar tan rápido que ni Helios mismo se dio cuenta de el hasta que los pasos de Caleb resonaron en la habitación.

-Divide los grupos, Helios –Mencionó Caleb mientras abría la puerta hacia el exterior –yo iré por los demás para poder salir lo antes posible de aquí.

-Me parece buena idea, Caleb –respondió Helios, segundos después la puerta se cerró a espaldas del elfo, Helios giró su vista hacia Isis –Tú iras con la humana y con Caleb, Kristal, el humano y yo seremos el otro grupo, de esa manera igualaremos fuerzas.

-Bien, pero marchemos ya –Dijo Isis con un deje de desesperación en la voz.

Helios sonrió –Eres valiente, Isis, pero esa valentía puede ser tú perdición, a veces el miedo es nuestro mejor aliado para salvarnos la vida, recuerda que vamos a terreno enemigo, así que tenemos que ir con calma.

Isis bajó la vista, Helios tenía razón, de nuevo se estaba dejando dominar por las emociones, tenía que saber controlarse, entonces lo comprendió, la noche en la que habían llegado a esa casa, Helios le había dicho a Isis que toda aventura tenía su propósito, toda aventura había sido escrita desde el inicio por el creador para darnos una enseñanza que sólo la experiencia podía dar y la enseñanza de este viaje era algo tan esencial: control.

Oyó pasos que se acercaban por el pasillo antes de que la puerta se abriera, Kristal estaba entrando con una jarilla de café en la mano, vio a Helios y luego a Isis antes de dejar la jarilla en una mesita que estaba en la esquina de la habitación donde Helios tenia colocados varios papeles.

-Encontré a Caleb en el camino hacia aquí, y me dijo que ya han encontrado el lugar donde Zane ha dejado la pista –dijo Kristal para después dejarse caer en un pequeño banco, ella también debía de estar agotada, había estado toda la noche despierta en la cocina pues había dicho que ellos eran los únicos capaces de resolver la visión aunque procuraba llegar frecuentemente al estudio para estar informada.

-Sí, ahora solo es cuestión de ir por ella –Dijo Helios sonriendo a la joven ángel.

…………………………….

-¿Cuánto falta para llegar? –Preguntó ansiosa April desde el Pegaso a la derecha de Isis.

-Falta muy poco, April –Contestó pacientemente Caleb por quinta vez en esa hora aunque no siempre era ella la que hacia esa pregunta.

Él sabía que las chicas tenían razón al estar desesperadas por llegar, después de todo iban hacia el lugar donde Zane había dejado una clave importante para resolver el enigma de su secuestro. Estaba un poco nervioso por saber lo que su primo había dejado para ellos y en cuanto vio la casa a lo lejos los nervios aumentaron, aunque ahora no sabía si era por encontrar una pista que no supieran descifrar, ó si era por el miedo de encontrar una trampa mortal.

Isis fue la primera en aterrizar en la suave superficie de la nube de la entrada de la casa principal, Caleb y April no tardaron en imitarla para luego desmontar de los Pegasos. Caleb se adelantó y abrió la puerta principal con cuidado, teniendo los sentidos totalmente alertas por si ocurría cualquier cosa, pero no pasó nada, la habitación donde Isis había hablado con Zane estaba de la misma manera como había estado en su visión: vacía. Los tres recorrieron cuarto por cuarto buscando alguna irregularidad pero sus esperanzas bajaron cuando encontraron cuatro de los cinco cuartos vacíos.

Isis fue la primera en entrar al quinto cuarto, giró los ojos por la habitación y lo único que encontró fue una maltrecha cama de madera con un sucio colchón, no había nada. Suspiró desconsolada y se sentó en el colchón, ¿A caso se había equivocado de casa?, sí debía de ser eso, porque esa casa estaba vacía, pero todo estaba igual a como lo había visto en la visión, lo único que faltaba era la pista. Pasó su mano distraídamente por el colchón y volvió e inhaló fuerte, el olor a polvo le hizo arrugar la nariz, tal vez la clave estuviese en alguna de las dos estancias. Estaba por ponerse de pie cuando su mano rozó algo húmedo, miró el lugar donde estaba apoyada su mano izquierda y vio pequeñas manchas de sangre élfica, estaba en el cuarto que debía de haber sido la prisión de Zane.

-¡Chicos encontré algo! –Gritó Isis a los demás, que no tardaron mucho en llegar a la habitación.

-¿Qué has encontrado? –Preguntó Caleb con una sonrisa en el rostro.

-Mira –le dijo Isis mostrándole sus manos llenas de pequeñas manchas de sangre élfica con una tranquilidad que le asustó por unos segundos –creo que es sangre de Zane, pero no me parece que haya alguna pista en esta habitación.

-Tal vez...debajo del colchón –Dijo April después de ver la habitación por unos segundos –bueno es donde yo suelo ocultar cosas que no me gustaría que vieran –agregó tímidamente al recibir la mirada de Isis y Caleb.

-Cuando regresemos a casa recuérdame registrar tu colchón, April –dijo Isis burlescamente para luego ponerse de pie y voltear el colchón con un ligero temblor de manos, lo que encontrara debajo de ese colchón, normaría la continuación de su búsqueda.

Los ojos de Isis se abrieron de sorpresa, en efecto, debajo del colchón estaba la pista que habían estado buscando. La clave para encontrar a Zane estaba tallada en la base de madera de la cama y justo al lado del escrito estaba un trozo de metal con el que había sido escrita la clave, esta decía:

Estaré en el mundo donde nuestra historia empezó
Porque es el lugar donde mi corazón fue atado
En un lugar donde el poder sagrado es espeso
El ritual que acabara el orden establecido será realizado

Cuando la luna llena este brillando en la noche de Samhain
Me encontraré en el último lugar donde moran los cuerpos vivos
Mi alma y sangre sellaran el pacto de un cuerpo perdido

-“El mundo donde nuestra historia empezó” –Leyó April lentamente -¿En qué mundo conociste a Zane? –preguntó luego.

-En el…mundo humano –susurró Isis distraídamente sin apartar su vista de la pista que había dejado Zane en ese lugar –pero ¿En qué parte de mi mundo?

-“En el último lugar donde moran los cuerpos vivos” –Dijo Caleb después de un suspiro.

-Pero no se qué lugar puede ser ese –respondió Isis, sus temores se estaban volviendo realidad, no sabía cómo descifrar la pista.

-Oye, Isis tranquila –La apoyó April mientras colocaba su mano en el hombro de la castaña en señal de comprensión – ¿“el último lugar donde moran los cuerpos vivos”? para mi ese sería el cementerio.

-¡Tienes Razón! –Exclamó Isis un poco más animada para luego seguir hablando con un tono más apagado y sarcástico –un cementerio en el mundo Humano, ¡hay cientos de cementerios en el mundo humano!

-Pero estoy seguro que no todos los cementerios humanos tienen un ambiente de maldad expreso –Dijo Caleb con su usual sonrisa en el rostro.

-¿Pero cómo encontrarlo? –preguntó Isis volteando a ver al elfo.

-Es sencillo, pero para eso necesitaremos la ayuda de Helios –aseguró Caleb para luego girar su vista hacia el trozo de metal depositado al final del escrito.

-Un trozo de metal –dijo Isis al seguir la mirada de Caleb –no es nada que pueda ayudarnos mi mundo esta lleno de metal –agregó para luego intentar tomar el trozo de metal.

-¡No lo toques! –Exclamó Caleb evitando así que la chica tomara el trozo de metal y volteara rápidamente a ver al joven elfo –ese no es cualquier metal, es el metal que utilizan los Shinigami para forjar sus armas, no debes tocarlo.

-¿Por qué no? –Preguntó curiosa April al ver el simple trozo de metal de filo rojizo sobre la madera.

-Porque ese metal está hecho para absorber las almas que lo toquen, en especial las de los humanos, pero las de los elfos les ponen cierta resistencia, aunque… una herida hecha por este metal en los elfos no se sana tan rápido como cualquier otra –informó él comenzando a caminar hacia la ventana –Helios y los demás ya están aquí, será mejor continuar esta plática cuando él mire la pista.

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