sábado, 20 de junio de 2009

Caítulo VII, Cuando la Ira se Convierte en Amor y el Amor en Magia



Ella despertó, una luz que parpadeaba le daba en la cara, le costó un poco poder enfocar algo, pero sin mas lo consiguió, le dolía la cabeza así que poso una de sus manos sobre su frente y se sentó con dificultad, entonces empezó a recordar, recordaba los mareos y el horrible cansancio y…y la sangre, vio al frente, una fogata era la que producía la luz algo se calentaba sobre ella, un olor a sopa le llego, vio un poco más halla de la fogata y encontró a Zane sentado debía estar preparando algo, Isis pudo ver que machacaba algunas plantas con un extraño instrumento de lo que vio era plata. Aun no estaba consiente, no del todo, su frente aun estaba caliente pero ya no tanto como antes, eso significaba que la fiebre estaba pasando, soltó su cabeza y guio su mano hacia su pantorrilla, al tocarla no pudo evitar que un gritito se le escapara, ¡Dolía!, en verdad le dolía mucho, vio que estaba vendada, Zane debió haberse dado a la tarea de curarla. Levanto la vista el elfo la miraba con atención.

-Veo que despertaste –dijo Zane –tienes suerte de que estabas conmigo o si no hubieras muerto.

Ella se quedo pasmada “muerto”, ¿Tan grabe era su herida?, pero antes de todo ¿Qué le había pasado?, en todo el camino hacia el bosque no le había dolido nada, ni en el momento cuando se fijo que sangraba le había dolido nada, ni siquiera recordaba que le habían lastimado.

-Un flecha –dijo él levantándose como si leyera su mente –una flecha debió haberte herido y ni tu ni yo nos dimos cuenta.

-¿Una flecha? –dijo ella con voz temblorosa

-Si –contestó él mientras buscaba algo en la su bolsa –las flechas que usamos los elfos están envenenadas –él saco un pequeño paño y lo partió a la mitad –el veneno que usamos en ellas es especial, solo nosotros sabemos cual es el antídoto, y es muy extraño –unto la pasta que había estado preparando en el trozo de paño –el veneno es tan bueno porque cuando la victima es herida no siente dolor alguno, la parte herida queda anestesiada, por eso es tan efectivo, porque cuando la victima se da cuenta de que esta herida ya es demasiado tarde, pues a muerto desangrada, ese es su efecto.

Zane camino hacia ella con el trozo de paño que había untado –esto bajara la fiebre –dijo y le coloco el paño el la frente a Isis, Ella se sintió agradecida, el dolor de cabeza desapareció al instante, se sintió adormecida, sin duda estaba muy cansada pero sabia que no podía quedarse dormida, debía continuar el viaje –descansa –siguió hablando él –perdiste mucha sangre, no tienes porque preocuparte ya es de noche así que de todas formas tenemos que parar –de nuevo le dio la impresión de que leía su mente.

Él camino hacia la fogata susurró algo que Isis no alcanzo a oír y unos cuencos y algunos cubiertos de algún material aparecieron en su mano, sin duda debía ser magia, sirvió el contenido del caldero que se calentaba en la fogata en los cuencos, uno lo dejo sobre el suelo y el otro se lo llevó a Isis.

-Toma –le dijo ofreciéndole el cuenco lleno de sopa –te caerá bien tomar esto restaurara la sangre que perdiste –ella lo tomó despacio pues se sentía sumamente débil, las manos le pesaban pero aun así lo recibió y tomo un sorbo del contenido, no sabia nada mal, mas bien era agradable al gusto, él se alejó y luego de tomar el cuenco del suelo se dirigió hasta el lugar donde había estado y se sentó tomando también la sopa.

Poco después Isis terminó el contenido de su cuenco y lo dejo a su lado, sin duda aquella sopa le había sentado muy bien se sentía mucho mejor pero el cansancio aun no desaparecía de ella, miró al cielo, debía de ser muy tarde, por entre las hojas podía ver el cielo oscuro, su primer día en el mundo de la luz había acabado, y que fin tan bueno el que había tenido, hasta ese momento se fijó que estaba recostada el las raíces de un árbol, las raíces tenían la forma perfecta para su cuerpo lo que la hacia sentir cómoda, no supo si era por el cansancio o por que en verdad era cómodo, recostó la cabeza en una raíz, el sueño empezó a invadirla, sintió como, sin duda Zane, caminaba hasta ella y recogía el cuenco de su lado, ella abrió los ojos y lo vio, aun cuando estaba en contra de su orgullo ella sabia que debía darle las gracias, después de todo el se había portado muy bien con ella.

-Zane –dijo ella y él volteo a verla –Gracias –él no dijo nada, sin más ella volvió a recostar su cabeza en la raíz y se quedo dormida.

…………………………………………………………

-....Isis….Isis….despierta…. ¡DESPIERTA! –oyó que gritaba aquella mujer de cabello castaño ondulado.

Isis despertó de improvisto y se sentó de un brinco, de nuevo soñaba con aquella mujer de ojos blancos puso una de sus manos en su pecho, el corazón le latía fuertemente, trató de tranquilizarse respirando profundo. Cuando lo hubo hecho buscó por todo el lugar con la vista a Zane, pero no estaba. La fogata estaba encendida y una olla estaba colocada sobre la fogata como la noche anterior, ahora que había más luz Isis pudo ver que la olla levitaba sobre el fuego, nada la sujetaba, -magia –susurró y sonrió. Trató de ponerse de pie pero el dolor en la pantorrilla se lo impidió, hizo otro intento y logró ponerse de pie con mucho esfuerzo, sin embargo no podía apoyar todo su peso en ese pie. Vio hacia el y notó que las vendas que en la noche estaban un poco manchadas de sangre estaban limpias sin duda Zane debió haberlas cambiado mientras ella dormía.

Comenzó a caminar lentamente tratando de no esforzar demasiado el pie malo, ahora que llevaba más tiempo viendo el bosque no le pareció un lugar tan horrible como había pensado, por lo menos no habían bichos extraños y monstruos tratando de comérsela o lo mas importante lunáticos tratando de matarla con flechas envenenadas, el bosque sin duda era tranquilo, pero demasiado tranquilo y silencioso para alguien tan parlanchina como ella, a Isis siempre le gusto hablar pero por causa de su hermana se vio en la obligación de no hablar con nadie más que con Kevin, ella pensaba que a veces debía cansar a su amigo pero aun sabiéndolo nunca paraba de hablar, pero ahora, se dirigió hacia su mochila y recordó que había llevado consigo su diario, esa seria una gran ayuda para el silencio sepulcral pensó, logro extraerlo con un poco de esfuerzo pues su mochila ya era un revoltijo, ella no se había distinguido por su organización, buscó un lápiz y vio a su alrededor, el lugar donde había estado sentado el elfo le pareció un buen lugar para escribir así que se dirigió hacia allí a paso lento pues no podía hacer mas, y se sentó.

Abrió su diario en una pagina libre y pensó, ¿Qué haría?, entonces decidió que dibujaría, dejo que fuera su interior el que decidiera lo que iba a dibujar y en cuestión de segundos un dibujo del árbol de los mundos empezó a aparecer en el papel, Isis lo recordaba muy bien, en su mente el árbol era muy claro por lo que no se le hizo difícil dibujarlo con todo detalle, después de todo no era una mala dibujante.

-¿Que haces? –pregunto una voz a su espalda y ella de un brinco se puso de pie por el susto pero ese esfuerzo le fue demasiado a su pantorrilla herida y al ponerse de pie ella cayo hincada.

-lo siento no quería asustarte –dijo lo que Isis pudo ver era una mujer, pero no parecía nada corpórea, Isis podía ver a través de ella, Isis sabia que la había visto antes, ¿pero donde?, aquella mujer estaba detrás de unas rocas.

-¿Quién…? no ¿Qué eres? –pregunto indecisa la castaña.

-Bueno, soy un espíritu, en vida me conocían con el nombre de Idelia –contesto tristemente la mujer entonces sin siquiera cambiar la expresión de su rostro atravesó las rocas, era un espíritu.[1]

Entonces Isis la reconoció, recordó donde había visto aquel cabello largo y ondulado, ese vestido largo y con elaborados bordados, era aquella mujer hecha de piedra que Isis había visto el día anterior. Estudio un poco mas al espíritu que tenia delante el mismo cabello largo y ondulado pero ahora podía ver que era de color negro azabache pero por la inconsistencia de su dueña parecía opaco, de piel morena pálida sin duda pues ella debía llevar milenios muerta, pero sus labios aun conservaban un color rojo y sus ojos aunque vacios tenían un bonito color café, su vestido fue el que mas le gusto, verde musgo y el bordado estaba hecho de un hilo dorado, una cinta roja se apretaba en la cintura para atarse a la espalda de la mujer formando un elaborado moño y tal como había pensado Isis el día anterior una armadura estaba cubriéndole en pecho aunque el lugar donde antes había visto la espada ahora estaba manchado de algo oscuro que Isis deduje debía ser sangre, bajo la vista para ver sus pies, pero no encontró nada la mujer levitaba.

-Tú estuviste viendo mi cuerpo ayer ¿verdad? –Dijo sonriente ella –por eso he venido a verte me pareciste muy agradable, llevo tanto tiempo sin ver una sonrisa tan linda como la tuya, mas bien sin ver una sonrisa.

-Gra…gracias…creo –dijo Isis al ponerse de pie –yo soy Isis.

-De nada, vienes con Zane ¿he?, él es descendiente de mi hermana menor, un chico muy apuesto ¿verdad? –dijo Idelia Sonriendo.

-Ha…no lo he notado –respondió Isis sintiendo como un pequeño sonrojo se formaba en sus mejillas -¿Tu de donde lo conoces?

-Él pasaba mucho tiempo en el bosque y yo siempre ando merodeando por todo el lugar, -dijo Idelia normalmente –mi único limite es el borde del bosque no puedo salir de el, así que un día un mis muchos paseos lo vi, me pareció algo extraño ver a alguien de mi propia raza por aquí así que me acerque y charlamos, y él regresaba muy seguido y teníamos mas charlas fue así como me entere que era mi sobrino lejano, el here….

-Idelia –la interrumpió Zane elevando un poco su tono frio.

Ella dio un respingo al ver al joven –lo siento –se disculpo e Isis no comprendió por qué.

Zane vio a Isis –No deberías estar de pie tu herida aun esta abierta tardara mucho en sanar ya que no se puede curar con magia, sanara como cualquier herida de su gravedad en tu raza, recuerda que fue envenenada.

Isis bajo la vista hasta su herida las vendas estaban manchadas de sangre.

-Desde hace tiempo quería verte, Zane –dijo Idelia en tono serio –quería preguntarte si los rumores eran ciertos, oí que te habías ido junto con ella.

-Si, lo hice –contesto Zane con los ojos fijos en los vacios de ella – y gracias a eso no caí bajo el control del Rey.

-Lo se por eso no te juzgo –le dijo el espíritu, entonces ella sonrió lo que hizo que el ambiente se relajara –y ahora guías a la salvadora ¿eh?

-si, pero ahora tenemos un pequeño inconveniente, -le contesto él viendo a Isis –una flecha envenenada la alcanzó, ¿sabes algo para sanar mas aprisa la herida?

-Sanarla, no, pero creo que la igongoa la cerrará, -le sugirió ella –es muy efectiva la usábamos en la guerra, no la sanara ni tampoco aliviara el dolor pero por lo menos no se desangrará.

-Lo se por eso se la he aplicada en la herida –dijo él.

-He ahí el problema, la tiene que beber para que actúe mas rápido y eficaz –le corrigió ella.

Entonces Idelia camino hacia el lugar donde Zane había dejado el resto de las plantas y las tomo.

-Pensé que no podidas tomar nada –dijo desconcertada Isis.

-Si puedo tomar cualquier cosa, pero ellas no me pueden tomar a mi –dijo divertida ella.

La mujer camino hacia la fogata en donde hervía aquella olla y lanzo las plantas dentro, entonces vio la cara de enfado de Zane, -no cambiara el sabor –se apresuró a decir –ahora bébela.

Luego él se encargo de proporcionar aquella sopa a Isis y a él mismo en los cuencos de la noche anterior, después del desayuno Zane se encargo de recoger todo, Isis se sintió extraña después de todo se suponía que ella debía de ayudarlo pero él no daba cabida para ello, él lo hacia todo rápidamente, así que Isis decidió sentarse y seguir con su dibujo, la sopa le había sentado bien pensó, se sentía mas animada. Cuando él hubo terminado de recoger todo camino hasta Isis y se inclino al frente de ella.

-Debo cambiar el vendaje –le dijo –será rápido.

Isis coloco su diario a su lado, estaba nerviosa, como estaba sentada con las rodillas pegadas a su pecho se le hizo una buena posición para que Zane cambiara las vendas, así que ella solo debió estirar un poco su pie derecho, que era el herido, y el empezó su labor quitando las vendas cuidadosamente para no lastimarla.

-En verdad soy un estorbo auch –se quejo Isis triste.

Él levanto la vista –si, eres un estorbo, pero por lo menos eres el estorbo que necesitamos.

-Eso, querida es un alago –dijo Idelia quien los miraba con atención.

Zane bajo la vista y término de quitar el vendaje e Isis pudo ver la herida, se asusto al verla, la piel alrededor de la herida estaba negra y la herida en si ya tenia una delgada costra.

–Tranquila el color cambiara y si tienes suerte no te quedara cicatriz si no lo máximo que te puede quedara es una pequeña línea como recuerdo –dijo él con una sonrisa de medio lado entonces susurro –cese –y pasó su mano suavemente por la herida –esto ayudara.

-Duele –se quejo ella viendo como el seguía pasando su mano sobre la herida y luego se detenía y empezaba a colocar un vendaje nuevo.

-¿Puedes caminar? –pregunto cuando termino de poner el vendaje.

-Eso creo –dijo Isis y entonces Zane, quien se había puesto de pie, le tendió la mano y ella la acepto apoyándose en ella para pararse –ahora duele menos, creo que puedo caminar mas, así no perderemos mas el tiempo.

-Oigan, -dijo Idelia en un misterioso tono de voz –ahora deben tener más cuidado porque si el Rey no sabia que habían encontrado a la salvadora ahora lo sabe, pues tiene tu sangre Isis, y eso te pone vulnerable, protégela lo mejor que puedas Zane, pues sin duda vendrá a ella para que se le una y si no lo hace la matara –Zane asintió.

-¿Cómo que tiene mi sangre? –pregunto Isis.

-Por la flecha –le contesto Zane –la flecha que te hirió tenia tu sangre y sin duda Ian, el elfo que nos ataco, se la llevara al Rey como muestra de que la profecía es verdadera y eso significa que eres la única a la el consideraría una amenaza.

-Pero ese elfo ni siquiera se dio cuenta de que me hirió… –trato de decir Isis.

-Isis nosotros los elfos –le interrumpió Idelia –al final de una batalla recogemos nuestras flechas, pues seria un desperdicio dejarlas tiradas, el debe haber visto tu sangre al revisar sus flechas.

-Recuerda lo que hice con tu sangre, -dijo Zane –solo con un par de gotas pude comprobar que eras la salvadora, el Rey puede hacer lo mismo. Así que será mejor que lleguemos rápido con los demás y despertemos tus poderes, caminemos ya.

Luego de eso se despidieron de Idelia y comenzaron de nuevo su camino iban un poco mas lento que antes pero por lo menos avanzaban el silencio se volvió a hacer entre ellos, pero esta ver Isis tenia mas confianza de hablar con Zane, después de todo le había hecho un elogio, sonrió al recordarlo, pues si un elogio y eso para que Zane fuera un tímpano de hielo como ella creía ya era mucho. En verdad le estaba agradando aquel chico, recordó cuando estaban en el árbol, su cercanía, su tibio aliento, sus brazos alrededor de su cintura, su olor a canela….

-Isis –llamo Zane a su lado sacándola de su ensoñación lo que la hizo sonrojar –ya que tardaremos más de lo planeado para cruzar el bosque, será mejor que empecemos con tus clases ahora.

-¿Clases? –Dijo ella –a si Emica me dijo que cuando llegáramos alguien me enseñaría todo acerca de la magia.

-Si, yo te enseñare –le contesto él –así que no habrá problemas si empezamos ahora. Lo primero que haremos es hacer que tu poder fluya, pues por lo que vi lo tienes atrapado.

-¿Cómo lo harás eso? –Pregunto Isis –después de todo esa mujer dijo que solo mi eterno amor podía liberarlo.

-¿Qué mujer? –Preguntó Zane voleando a verla.

-La…la mujer del estanque –dijo tímidamente Isis al recordar que no le había dicho nada a nadie acerca de su sueño –es…que veras cuando estábamos en el mundo del agua tuve un extraño sueño, en el cual aparecía una mujer parecida a mi, pero no era yo, era una mujer que tenia los ojos blancos y caminaba alrededor de un estanque ella dijo “tu eterno amor el verdadero poder despertara, por amor… sufrirás… miles de lagrimas derramaras, pero acuérdate el amor es magia, la magia es poder y el poder es tuyo.”

-Eso era un sueño profético –dijo notoriamente molesto Zane deteniéndose por completo -¿Por qué no habías dicho nada?, esto es importante, Isis, que no lo entiendes, si tu no descubres tu poder no serviría de nada todo lo que hemos hecho.

-pues lo siento, como iba saber que ese sueño era importante, solo era un sueño, -grito ella en su defensa –si tu me vieras dicho algo lo viera comprendido pero siempre callas, nadie me dice nada, nadie entiende que esto es difícil para mi.

-Y que hay de nosotros, esto también es difícil –grito Zane perdiendo los estribos –como crees que nos sentimos al saber que la persona que tanto esperábamos es solo una chiquilla inmadura.

-¡Yo no tengo la culpa! –Grito ella –yo no elegí esto, además no debo tener menos que tu edad.

-¡Te equivocas! –Grito él – YO TENGO MAS DE 60 AÑOS, ¡conocí a tu abuela!

Por alguna razón lo que había dicho le dolió -¡BASTA! –Grito con lagrimas de ira en los ojos -¡QUIERO AYUDARLES!, NO ME IMPORTA LO QUE DIGAN Y LO QUE TENGA QUE HACER, NO ME IMPORTA QUE SEA SOLO UNA NIÑA, VOY A AYUDARLES.

Entonces una ola de energía salió del cuerpo de Isis, lanzando a Zane contra un árbol. Otra ola salió del cuerpo de ella, por donde pasaba la energía todo se aclaraba, el bosque maldito, aquel bosque negro y sangriento se estaba volviendo blanco y hermoso, cada flor se volvió blanca, cada árbol volvió a resplandecer con sus colores verdes y morrones la tierra a sus pies antes rojo sangre ahora volvía a tomar el color café y rápidamente una capa de verde césped la cubría, en cuestión de segundos el silencioso bosque vibraba el sonidos de la naturaleza, el bosque muerto resucitaba.

Isis cayo sobre sus rodillas, estaba exhausta, vio a su alrededor y vio el bosque ahora por todas partes podía ver rayos de sol que se filtraban por las copas de los arboles, el gélido bosque ahora era tibio. Vio a Zane poniéndose de pie contemplando atónito a su alrededor.

-Tú poder… -susurro él y una sonrisa se formo en sus labios y la vio a los ojos –hemos despertado tu magia.


[1] Este es otro personaje inspirado en una amiga, esta vez Idelia, gracias por darle más magia a esta historia.

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