sábado, 6 de junio de 2009

Capítulo III Tres apariciones de otro Mundo

 

Capitulo III

Tres Apariciones de Otro

 Mundo


Isis y Kevin pudieron oír como el viento volvía a rugir y los vidrios de su casa se rompían, oían romperse las costosas vajillas y las tan preciadas lámparas  de de su madre, todo se estaba rompiendo por el fuerte viento que volvía a correr y volvió a oír esos terribles graznidos, volteo a ver la televisión y vio la imagen de esa ave, no quería volver a toparse con esas cosas, pero se armo de valor y se dirigió hacia la puerta.

-¡Isis, a ¿Dónde vas?! ¿Estas loca? –grito Kevin lo más fuerte que pudo para poder ser oído por sobre el fuerte ruido de las aves y el viento.

-¡No pienso dejar que esas cosas destruyan mi casa! –rugió Isis y de un tirón abrió la puerta de su habitación, Kevin la siguió corriendo.

-Isis, esto no es valor es una locura, como crees que podrías vencer a esas cosas tu sola –dijo Kevin preocupado por su amiga –ni siquiera sabes si pueden morir.

-Tienes razón, no puedo sola, por eso estas tu conmigo, no trato de obligarte, si lo deseas puedes quedarte en mi habitación, pero siendo mi mejor amigo lo menos que espero es tu apoyo –le contesto ella mientras se detenía viéndolo a los ojos.

Él dio un suspiro –Bueno, te acompañare –él sonrió –pero si esto será nuestro ultimo día lo voy a grabar hasta el final, ¡Espérame! –dijo y corrió a traer su cámara de video.

Cuando los dos estuvieron listos empezaron a caminar hacia las gradas, los sonidos del aire y el de las aves empeoraron pero no solo eran esos sino que ahora podían oír voces peno no podían distinguir que era lo que decían, cuando se preparaban para bajar las voces se hicieron mas fuertes tanto que fueron comprensibles.

-…te digo que están arriba, subamos por ellos, mi olfato no se equivoca –dijo la voz ronca de una mujer.

Los dos se quedaron paralizados, alguien los buscaba y esa no era la voz Miranda a la que Isis jamás pensó desear oír en esos momentos, oyeron pasos que subían, Isis jalo a Kevin y se echaron a correr por el pasillo, después de todo el segundo nivel de la casa de Isis era bastante grande.

-¡Por aquí! –le dijo Isis al chico cuando llegaron a un puerta doble –entremos –dijo jadeando mientras abría rápidamente la puerta.

La habitación era un estudio-biblioteca con grandes estantes repletos de libros y el la pared contraria a la puerta relucía un gran ventanal y enfrente de este un gran escritorio de caoba sobre el cual habían algunos libros y periódico, el escritorio tenia cubierto la parte de las patas casia hasta el suelo pues dejaba una pequeña franja libre, escucharon pisadas y voces que corrían acercándose a la habitación, el corazón de Isis empezó a latir con brusquedad sentía que se le iba a salir por la boca, que iban a hacer estaban atrapados en el estudio, miro para todos lados buscando un escondite pero no había ningún lugar, excepto tal ves: el escritorio, lo señalo y ella y Kevin se estrujaron en la parte hecha para los pies, solo pasaron unos segundos cuando la puerta se abrió.

Un extraño brillo entro en la hasta el momento oscura habitación e Isis aprovecha la ranura de abajo del escritorio para ver a los seres que acababan de entrar a la habitación, aunque solo pudo ver sus pies, eran tres pares. El par que se había quedado en la puerta, Isis podía ver que el dueño de esos pies debía estar descalzo y por la forma de los pies podía decir que era una mujer, el otro par estaba cerca de una estantería, llevaba calzados unas botas blancas hechas de un raro material parecido al cuero y el tercer y ultimo par fue el que más impresiono a Isis pues los pies eran grandes y peludos como si fueran los de un animal aunque conservaban su forma humana si se podría llamar así.

-Les digo que están aquí, estoy segura –gruño la voz de la mujer de antes.

-Yo no veo a nadie –dijo una dulce voz de mujer –mejor vayamos a ver a otro lado.

Isis temblaba ¿Quiénes eran esas personas? Se acerco más a la ranura y entonces en ves de ver la habitación se encontró con un par de ojos negros brillantes que la miraban tan cerca de su cara que pudo sentir el cálido aliento de esa cosa que tenia la cara tan peluda y la nariz redonda como la de un perro, fue tanta su impresión que dio un fuerte grito y salto hacia atrás tratando de alejarse de eso lo que causo que se diera un gran golpe en la cabeza con el escritorio lo que la hizo caer sentada.

-Los encontré –grito eso y el escritorio salió volando estrellándose contra la estantería de la derecha lo que hizo que se rompiera en pedazos junto con la estantería desparramando todos los libros que estaban en su interior.

Isis y Kevin no movieron ni un musculo, tres personas los veían con curiosidad, por fin Isis pudo apreciarlas con claridad el ser de la cara peluda en realidad perecía una mujer bastante alta y peluda desde los pies hasta como ya había visto, hasta la cabeza, Isis imagino que era la dueña de la ronca voz, la dueña de esos hermosos y delicados pies que había visto en el umbral de la puerta, ¡vaya que era hermosa! “debe ser una ninfa” pensó Isis, la mujer tenia el cabello rubio platino largo y liso hasta los codos, una hermosa peineta hecha de flores que parecían de plata sujetaban su cabello aunque unos rebeldes mechones se le escapaban adornando su rostro lo que la hacia lucir aun mas juvenil de lo que su rostro expresaba, tenia unos ojos celeste y labios rosa fuerte sin llegar a rojo, la piel blanca con ligero tono rosado en las mejillas, parecía una muñeca de porcelana, un ligero vestido cubría su cuerpo, parecía hecho de hojas de árbol blancas semitransparentes que le llegaba en poco mas arriba de las rodillas, hilos de oro le recorrían el cuerpo dándole aun mas brillo, su piel brillaba tanto que Isis pensó que de ella surgía toda la luz de la habitación, no supo cuanto tiempo la estuvo viendo pero cuando volvió la vista al rostro de la joven ella sonrió dulcemente lo que la hizo reaccionar.

-¿Q…Qui…Quienes son ustedes? –tartamudeo Isis.

-Eso ahora no importa –escucho que decía la voz de un hombre y por primera vez reparo en la tercera persona del lugar.

Era un joven que no parecía tener más de veinte años de cabello negro ni cortó ni largo, liso, su piel era aun más blanca que la de la mujer, sus rasgos eran delicados sin llegar a ser femeninos, más bien le daban un aire felino, si a alguien podía aplicar la expresión “hombre bello” era a esa persona que Isis veía, usaba un traje blanco del mismo material que las botas, llevaba una espada en su vaina colgada a la espalda, noto que la empuñadura de la espada era de plata y la vaina de una madera que no reconoció, en la base de empuñadura estaba incrustado un gran zafiro. Isis dirigió su mirada a los ojos del chico y no pudo evitar bajar la cara al encontrar la mirada del joven clavada en la suya, tenia unos penetrantes ojos azules con un extraño brillo, se le hizo tan familiar ese brillo pero en ese momento tenia la mente en blanco como para pensar donde había visto ese brillo, el joven debía tener huesos delgados porque aun siendo tan esbelto tenia gran cantidad de músculos bien proporcionados.

-Zane, se más amable –dijo una suave voz de mujer –será mejor que nos presentemos ¿no ves que están asustados?

-hmp, como quieran, pero que sea rápido –le contesto él ojiazul –no tenemos toda la noche.

-Isis –susurro Kevin a su lado ella volteo y vio a su amigo de pie tendiéndole la mano para que ella pudiera levantarse, ella la tomo y se puso de pie.

La bella mujer sonrió –bueno, yo soy Emica, el hada.[1]

-Yo soy Wolfma, la loba –dijo la otra mujer.

Él ojiazul la miro inspeccionándola y luego le hablo con un tono frio que incomodo a Isis –Me llaman Zane.

-Discúlpalo –dijo Emica –es un elfo y como su raza n suele confiar en los demás seres con facilidad.

-Están bromeando ¿verdad? –Dijo Kevin incrédulo -¿hadas, elfos, lobos, aves raras? Eso no existe.

-Si no existe ¿Qué somos nosotros? –gruño Wolfma.

-Alucinaciones –contesto rápidamente Kevin –nos debemos de haber intoxicado en esa pizzería y ahora alucinamos.

-Kevin, no creo que sean alucinaciones –dijo Isis – pero esto es muy difícil de creer aun cuando lo estoy viendo con mis ojos, yo que siempre desee que esto existiera –agrego dejándose caer en la silla del escritorio que estaba detrás de ella –pero mira mi casa, mira las heridas que esas cosas nos causaron, esto es real Kevin.

Él la miro a los ojos buscando alguna muestra de que estuviera bromeando pero no encontró nada y luego resignado asintió -¿a qué han venido?-pregunto.

-No tenemos mucho tempo –contesto sonriendo la rubia –me temo que esas preguntas serán para después, ahora vamos ustedes vienen con nosotros.

 -¿quieren que vayamos con ustedes? –pregunto Isis poniéndose de pie.

-pues para eso venimos –respondió Zane.

-Pero si ustedes no piensan contestar ¿por qué están aquí?, ¿Cómo quieren que confiemos en ustedes? –Sugirió Isis- ¿Cómo sabemos que ustedes no quieren matarnos?, ¿Qué hay con esas aves? Y lo mas importante ¿por qué nosotros?

-Eres un estorbo –dijo Zane –Wolfma ¿estas segura que es ella?

-Claro que si, mi olfato nunca se equivoca –respondió molesta la aludida –compruébalo tú si quieres.

-Debe de haber un error, es solo una mocosa ¿Acaso ella puede hacer lo que más de cien elfos no pudieron? –cuestiono el elfo

-Eso espero –dijo Emica en un suspiro y camino hacia Isis y con su delicada mano acarició la mejilla de la chica, - cariño, para cualquier persona esto es muy difícil de entender y tú y tu amigo la han aceptado mejor de lo que esperábamos. Solo puedo decirte ahora que no estamos del lado de esas aves –le dijo en forma tranquilizadora y por alguna razón el suave tacto del hada y su melodiosa voz la estaban relajando.

>>esas aves son Wobirds hibridas del otro mundo, son las que abres en campo al verdadero peligro. Las hemos estado alejando de ustedes todo el día, pero como ya era de noche y la oscuridad las hace mas fuertes no pudimos detenerlas más. Y no venimos a matarles sino a salvarles –concluyó el hada.

-hay veces en las que se debe elegir entre confiar y no confiar, y esta es una de ellas –dijo Zane caminando hacia la salida, estando en la puerta volteo –ahora elige –volteo a ver a sus compañeras –vamos, es hora de irnos, no podemos tardar más.

Las dos mujeres empezaron a caminar hacia el ojiazul que ya se hallaba caminando por el pasillo.

-¿qué haremos, Isis? –Pregunto Kevin -¿Iremos o no?

Isis se quedo pensando, ¿Qué haría?, todo lo que le estaba pasando era como las historias que tanto leía, era como la parte en que el protagonista elegía entre aventurarse a lo desconocido sin importarle nada y volverse el héroe o quedarse y pensar en lo que pudo haber sido y culparse por lo cobarde q2ue había sido al no ir.

-Isis tú no eres una cobarde para no ir –le dijo Kevin como si leyera su pensamiento –acaso ¿Esto no es lo que querías?, ¡vamos! Hay que alcanzarlos.

Era cierto, Isis recorrió con la vista el lugar donde se había estrellado el escritorio y vio sus libros de fantasía esparcidos por el piso “Con que así empiezan nuestras aventuras” pensó, miro a Kevin y sonrió “Bueno que así sea” –Vamos hay que alcanzarlos –y ambos salieron corriendo a alcanzar a los visitantes.


[1] Este personaje es inspirado por mi hermana un ejemplo de fortaleza y dedicación y claro sin olvidar el cariño,  la protección e inteligencia. Cindy gracias por inducirme al apasionante mundo de la lectura y a escribir este libro.

1 comentario:

  1. Increible. No hay mas palabras para describir lo que estas contando y la forma en que lo haces.
    Bueno cuidate mucho ;)

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