martes, 9 de junio de 2009

El Dolor de la Tierra

Hola a todos hoy les traigo una pequeña fabula de mi invención, espero que les gusto, por cierto 

los capítulos de La Magia del Verdadero Amor los subiré los días miercoles y sabado, los demás días procuraré subir cosas nuevas, si algun día no publico deberán

 disculparme, demasiados trabajos en el colegio.

El Dolor de la Tierra

En el lejano universo donde la oscuridad y el brillo astral de las estrellas está siempre presente, el Sol, la Luna y los demás planetas se reunieron como cada año, dejando sus tareas para ir a casa de Sol. Cuando el reloj marcaba la hora en la que cada uno de los planetas debía estar ocupando su lugar Sol se dio cuenta de la silla vacía.

-¿Dónde está Tierra? –preguntó Sol pasando la vista por cada uno de sus adorados hijos.

-No ha podido salir de casa –Dijo Luna tristemente –Últimamente ha estado muy enferma.

-Si –Apoyó Mercurio –Ya no tiene ese color tan hermoso que tanto me deslumbraba.

-Pero todo es culpa de esas criaturas que tanto cuida –Mencionó con voz atronadora Marte –Esos pequeños seres lo lastimas todos los días.

-Yo la he tratado de convencer que los abandone –Musitó con voz melodiosa Venus desde su silla a la derecha de Sol –le supliqué que no los protegiera porque solo le pagaban con heridas, mientras ella les daba refugio y abrigo ellos cortaban sus arboles, ella les daba alimento suficiente y ellos lo desperdiciaban en cosas vánales.

-Ayer la visité, estaba cansada y muy demacrada –susurro Neptuno –creo que deberíamos ir a visitarla todos para convencerla de tomar un descanso y dejar a su suerte a los humanos.

-Si, debemos ayudarla antes de que sea demasiado tarde –dijo Júpiter.

-¿Tú que opinas Sol? –Pregunto Urano desde el final de la mesa.

Sol que había estado callado durante toda la conversación, se puso de pie y vio en dirección a la casa de Tierra y suspiró. Tierra era su hija favorita y no podía dejar que saliera lastimada.

-Me parece bien –musitó solemnemente –vamos a visitar a Tierra.

Y dicho eso él y los planetas viajaron velozmente hacia la casa de Tierra, Luna, que compartía la casa con ella, se adelantó y con delicadeza abrió la puerta, cruzaron la estancia y llegaron a la habitación de la joven Tierra, tocaron varias veces y después de algunos segundos la débil voz de ella les susurró un adelante.

Sol abrió la puerta y encontraron a la hermosa Tierra con su reluciente cabello verde, marchito y café cayéndole sin gracia por el apagado rostro. Su piel estaba de un color café, reseca y pálida, sus brillantes ropas que iban desde azul profundo al verde más claro ahora estaban opacas. Pero sus ojos eran lo más triste de ver, su color chocolate había desaparecido, ahora estaban negros e irritados por las lágrimas y debajo de ellos se formaban unas ojeras malvas.

Estaba delgada y temblaba sin poder controlarse, a duras penas estaba sentada en una silla acolochada y se inclinaba sobre un estanque donde observaba a los sus queridos humanos.

-Tierra, hemos venido a hablarte –dijo dulcemente Luna acariciándole sus cabellos.

-Estuvimos hablando del daño que te haces al cuidar de esos seres –explicó Urano –Y llegamos a la conclusión de que por tu propio bien debes dejar de cuidarlos.

-Me temo que eso es imposible –musito con voz quebrada Tierra -¿Si yo no cuido de ellos quien lo hará?

-Pero ellos no te cuidan, Tierra –mencionó Marte -¿Por qué has de cuidarlos tú?

-Porque no todos me dañan, hay unos que me miman y me protegen, por ellos estoy dispuesta a soportar cualquier cosa.

-Hablamos de unos cientos entre millones de humanos –Soltó Neptuno embravecido –No vale la pena.

-No puedo condenar a justos por pecadores –suspiro cansina Tierra.

-Tierra, estás poniendo tu vida en manos de quienes no la aprecian, aun así ¿confías en ellos? –cuestionó solemne Sol.

-Si –respondió rápidamente Tierra –si lo estoy Sol.

-Ella no entrará en razón –dijo Mercurio.

-Entonces desmole una lección a los humanos –sugirió Venus –castiguémoslos por estar enfermando a Tierra.

-Y ¿Qué sugieres hacer? –Pregunto Júpiter.

-Verán, ellos la han hecho llorar yo haré que las mareas suban con la ayuda de Luna.

-Si, yo puedo soplar fuerte y crear tormentas –dijo Neptuno.

-Yo crearé frio en artes donde antes había calor –Avisó Júpiter.

-Esperemos que esto les enseñe a los humanos a cuidad de Tierra –Cantó Mercurio -¡Que ellos sufran lo que ella esta sufriendo!

-¡Pongámonos a trabajar! –exclamó Saturno.

-Pero… -trató de decir Tierra sin embargo los planetas ya se hacían introducido en el estanque y hacían de las suyas –Sol –pidió Tierra –por favor detenlos, no les puedes permitir hacer eso, lo humanos sufrirán, los buenos sufrirán.

-Tierra, deja a tus hermanos ayudarte, después de todo estas poniendo tu vida en manos de quienes no la aprecian –le dijo Sol –no puedes quedarte sin hacer algo.

Tierra suspiró.

Pasando un tiempo los planetas empezaron a quejarse, pues a pesar de que usaban toda su furia contra los humanos ellos no parecían reaccionar.

-¡Están sordos! –exclamó Venus al lado de Luna mientras empujaban las olas ayudadas por Neptuno.

-¡Y también ciego! –gritó Marte mientras recorría toda la Tierra con el calos emanando de su cuerpo.

-Pero no podemos desistir –dijo Urano –esto es por nuestra hermana Tierra.

Sol se paro junto a la triste Tierra y le acarició la mejilla.

Hija mía, ¿Aun confías en ellos?

-Si, Sol, -Contesto Tierra –solo es que ellos tardan un poco en reaccionar porque siempre he estado protegiéndolos, pero lo harán, se que lo harán –musitó segura –Estoy enferma pero no de muerte, aun no es tarde solo espero que mis queridos hombres abran los ojos a lo que sucede a su alrededor y hagan algo antes que sea demasiado tarde.

-Espero que así sea –susurró Sol.

1 comentario:

  1. Guau, esta increible. Es una historia tan emotiva... Ojala que todos abran los ojos de una vez. Lo peor de todo no es que no lo sepan, si no que no quieran aordarse. Me da mucha rabia que gente como Zapatero o un famoso que ahora mismo no me acuerdo del nombre, los dos emitenun monton de CO2 por viajar en avion a todas partes!!

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